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Sombras de Pandaria
Imagen de Sombras de Pandaria
Información del evento
Lugar Pandaria
Participantes
Dhaneera
Iuren
Nilarith Brisapúrpura
Shindralas Hojasombra
Daofeng
Phaera
Promotores
Daofeng

Trasfondo[]

Con un misterioso propósito, el milenario Farelar Sombraeterna se embarca en un extraño viaje hacia el continente Pandaren, esperando obtener la bendición de sus cuatro dioses Celestiales para un fin más desconocido aún. Ayudado por la Vindicadora Kaneela y sus draénicos aliados más leales, el grupo de héroes se embarcarán en un oscuro y largo viaje que cambiará sus vidas y su forma de ver el mundo tal y como lo conocían hasta ahora.

Desarrollo y resúmenes:[]

1-Resumen

Farelar Sombraeterna y sus aliados parten desde el Exodar, encaminándose al muelle de la Isla Bruma Azur. Allí, Sharil y su aprendiz, Phaera, les esperan con un navío que el altonato había contratado para que la temeraria y codiciosa pirata les llevase lo mas rápido posible hasta el continente Pandaren. Hechas las presentaciones, todos embarcan y ponen rumbo hacia su destino. Durante las primeras horas del viaje surgen las inquietudes entre los miembros del grupo por la decisión de Farelar de tomar la ruta más rápida y peligrosa, además de las terroríficas historias marítimas con las que Sharil aterroriza a las más jóvenes del grupo, Kaneela, Sumira, Phaera y Nilarith, las cuales creían que serían devoradas por el temible kraken de los mares.

2-Resumen

La travesía en barco continúa. Tras escasos días, el barco, impulsado por las energías arcanas de Farelar, alcanza la costa de Tanaris, preparándose para abandonar la costa sureste de Kalimdor y adentrarse en el Mare Magnum. Es allí donde un numeroso grupo de nagas acechadores abordan el navío, librando una encarnizada lucha contra su tripulación. Tras la batalla, los nagas son masacrados y devueltos al mar, no sin causar antes profundas heridas a varios miembros del grupo, y el miedo en los más recelosos.

3-Resumen

Tras unos días más surcando el Mare Magnum, el navío alcanza las costas de Pandaria. Concretamente, el Bosque de Jade, donde allí desembarcan todos los viajeros de tan peculiar expedición. Llegando al primer poblado que encuentran, llamado la Aldea Sri'la, es allí donde emprenden su viaje, situándose en el continente. Asombrados por los curiosos paisajes, y las estatuas de los antiguos tiranos mogu, viajan en dirección al Sur, cruzando los frondosos bosques, repletos de especies de animales que jamás habían tenido la oportunidad de encontrar. Horas después, el grupo alcanza el corazón del Bosque, Floralba. En el gran poblado encuentran un lugar donde descansar tras el agotador camino que habían recorrido, dirigiéndose a la posada, donde tienen la oportunidad de tomar contacto con los nativos. Es allí donde un peculiar pandaren de nombre Daofeng, se presenta ante ellos, muerto de curiosidad por semejante combinación de extrañas razas. Tras dar Farelar a conocer los motivos de su viaje, y la necesidad de un guía que les llevase a través del corazón del continente, el monje pandaren se ofrece a ser aquel a quien buscan, consiguiéndoles cobijo en la quizás demasiado cálida posada, recubierta de vapores y humos típicos de la cocina pandaren.

4-Resumen

Daofeng, siguiendo la petición de Lord Sombraeterna, consigue que el Dragón de Jade Yu'lon conceda una audiencia al Altonato en uno de sus pequeños refugios al sur del Bosque. Es allí a donde el grupo se dirige, atravesando la parte más profunda y peligrosa de este. Al alcanzar el lugar, un pequeño patio de rituales en lo más alto de una montaña, donde los monjes acudían a meditar y a buscar la sabiduría del dragón, Daofeng comenzó el ritual, sometiendo a Farelar ante este. El altonato se sentó, tratando de calmarse, rodeado por cuatro estatuillas simbólicas, mientras el grupo le observaba con curiosidad. Repitió cuatro idénticos salmos pandaren que Daofeng le había revelado, y es así como, tras invocar su sabiduría, el Dragón de Jade se materializó de forma ilusoria sobre ellos, acudiendo a la llamada de los viajeros. Consciente de que el altonato buscaba la sabiduría del Dragón, Yu'lon le sometió a una dura prueba, mostrándole horrendas visiones del pasado para hacerle tomar una difícil decisión. Tras actuar cuando debía, y no hacer nada cuando no debía, Sombraeterna encontró en ese pequeño acto la lección de sabiduría de Yu'lon, la cual le bendijo por haber superado su prueba. Mientras el grupo de draeneis, los cuales habían mostrado desconfianza ante la empresa del altonato, ahora yacían conmocionados por la dura visión que habían presenciado, Kaneela avanzó orgullosa hacia él, abrazándole con complicidad, mientras Shindralas y Nilarith le observaban, comenzando a comprender.

5-Resumen

Habiendo superado la primera prueba celestial, el peculiar grupo encaminó sus pasos hacia la Cima Kun-Lai. Habían regresado a la Aldea Floralba, donde encontraron una extraña pareja de viajeros. Una draenei que practicaba el antiguo arte del chamanismo, junto a un kaldorei que había aprendido las místicas artes de los monjes pandaren, los cuales miraban con desconfianza al grupo de Farelar. Aunque el kaldorei, de nombre Tahlean, desconfiaba enormemente del Altonato, su compañera Agnesse, sentía que tenía un compromiso hacia sus hermanos draenei, por lo que decidieron acompañarles, haciéndoles de guía hasta la Cima Kun-Lai. Atravesando la parte oriental del Valle de los Cuatro Vientos, alcanzaron la escalera velada, un sombrío y tétrico desfiladero cubierto en una espesa niebla, el cual servía de conexión directa a través del valle y la cima. Farelar, impetuoso, insistió en que debían atravesar el único camino disponible. Una caverna repleta de sauroks, pero debido al cansancio del grupo y a la tardía hora, tanto Kaneela como sus nuevos compañeros se negaron, haciéndole recapacitar. Cambiando de planes, encontraron refugio en una pequeña taberna entre la niebla del desfiladero, donde consiguieron pasar la noche, descansando sus pezuñas.

6-Resumen

Al amanecer, el grupo recogió sus pertenencias y revitalizados, partieron para abandonar el desfiladero. Atravesaron la caverna de los saurok con cautela, observándoles desde la otra orilla del río mientras corrían desesperadamente para evitar la ofensiva de estas criaturas, las cuales atacaban lanzando afiladas y primitivas lanzas contra los intrusos. Tras una larga carrera en la que solo Farelar resultó herido, consiguieron abandonar la caverna, alcanzando de una vez por todas la Cima Kun-Lai. Observaron con asombro como el paisaje había cambiado radicalmente comparándose con las zonas que habían visitado anteriormente. Sus pasos les habían guiado hacia la Aldea Binan, de donde era nativo su guía, Daofeng. Allí se sintió como en casa, invitándoles a hospedarse en la taberna del poblado. Recuperándose del cansancio, el grupo tomó un par de horas libres para explorar la cultura de los habitantes que habían allí, dispersándose por el hogar de Daofeng. Mientras, Kaneela y Dhaneera, salvaguardadas por el draenei Iuren, trataron de darse un baño alejadas de las miradas indiscretas, ya que sentían cómo la suciedad de días atrás seguía adherida a sus pieles, aunque todo no salió como esperaban.

7-Resumen

Cuando Daofeng lo consideró oportuno, el grupo partió, cruzando el árido paisaje otoñal que formaban las esplanadas de la Cima Kun-Lai, dirigiéndose hacia el Monasterio del Shado-Pan, donde les esperaban el Tigre Blanco Xuen, para su próximo desafío. Al adentrarse en el monasterio, en el cual solo se les permitió acceder al patio, pues eran mirados con total desconfianza y recelo por los silenciosos y místicos guardianes del lugar, es allí donde encontrar a Xuen, entrenando a las nuevas generaciones pandaren. El Tigre se sentó frente al grupo, inflando su pecho de forma majestuosa mientras les miraba con firmeza, casi desafiante. Se encaró contra el Altonato, esperando a que este se presentase, y al hacerlo, comenzó su prueba. Una prueba en la que Farelar debió enfrentarse a su odio para aprender a controlarlo. Allí, se enfrentó a la fantasmal figura de su padre, hacia el cual mostró una inquinia sin límites. Tras vencerle con facilidad, sintió como su propio odio se encaminaba hacia la Vindicadora Kaneela, devorándola en la visión que Xuen les mostraba. Más enfurecido aún, derrotó a sus propios demonios, sintiendo cómo su ira se calmaba, lentamente, pues utilizaba su poder para defender a los demás. Esa fué la lección que el Tigre Blanco le otorgó, dándole su bendición y deseándoles buena fortuna en el próximo desafío.

8-Resumen

El grupo abandonó los nevados picos de Kun-Lai, donde se encontraba el misterioso monasterio del Shado-Pan. Dirigiendo sus pasos hacia el sur, cruzando la enorme e imponente muralla que los pandaren habían creado al servicio del Tirano Mogu Lei-Shen. Es así como se adentraron en las Estepas de Town-Long, asombrados de nuevo por el drástico cambio en el paisaje. Tras escasas horas, consiguieron alcanzar un puesto pandaren, cercano a los poblados de los Yaungol. Allí, un antiguo amigo de Daofeng les permitió pasar la noche en una de sus tiendas, donde descansaron junto al fuego, comenzando uno de sus eternos debates morales.

9-Resumen

Al día siguiente, los viajeros reanudaron su marcha con presteza. Abandonaron el poblado, esquivando los asentamientos yaungol que se divisaban al oeste, y rodearon varios acantilados, cruzando las estepas por el corazón de estas. Asombrados por el gran árbol que adorbana el centro del lugar, de magnitudes inconmensurables, llegaron a su nuevo destino. Un puesto de avanzadilla del Shado-Pan, cercano al Templo del Buey Negro. Allí, tras Kaneela convencer al miembro al cargo, consiguió que este les permitiera acampar allí en dos tiendas que aún quedaban libres. Encendieron un fuego y el grupo comenzó a reflexionar, preocupados por la distante actitud de Iuren. Allí, el Altonato les reveló el pasado que el mismo había adivinado con sus pérfidas suposiciones acerca del draenei, con lo cual Kaneela empatizó con él, junto al Vindicador Sepharian, y ambos trataron de aliviar su dolor con esperanzadoras palabras.

10-Resumen

Los viajeros encaminaron de nuevo sus pasos hacia el Templo de Niuzao. Allí, Daofeng les esperaba. Abrió las puertas de una de los patios del templo, dándoles paso. Preguntó a Farelar si estaba preparado, pues era la prueba más dura. Sombraeterna no dudó, y afirmó, altivo. Allí, en aquel lugar conquistado por la naturaleza salvaje, esperaba Niuzao, el Buen Negro, en lo alto de la muralla. Al alcanzarle, Farel se presentó. Niuzao, inquisitivo, le preguntó cual era la naturaleza de la fortaleza. Es ahí cuando comenzó su desafío. Le enfrentó a la oscuridad de su interior, mostrándole horribles visiones en las que su pueblo se veía aniquilado y despreciado por las razas que el consideraba inferiores. Farelar enloqueció en su visión y la oscuridad de apoderó de él, haciendo que asesinara tanto a enemigos como a su pueblo por igual. El altonato se derrumbó cuando sus pecados quedaron expuestos, sin saber cómo reaccionar. Daofeng estaba en lo cierto. La prueba más dura había mermado la decisión de Sombraeterna, haciéndole dudar sobre sí mismo y sobre sus propios métodos. Niuzao le mostró su valiosa lección y el Altonato flaqueó, mostrándose débil y temeroso ante el Buey Negro. Avergonzado de sus actos se retiró mientras el grupo de sumía en la discordia al haber presenciado una verdadera parte de su pasado.

11-Resumen

El grupo abandonó las Estepas de Town-Long en el navío de Sharil, la cual aguardaba en la costa del Templo con su peculiar barco "La Castidad." Todo el grupo dudaba de las acciones y de los propósitos de Farelar, el cual se encerró en la bodega del barco, sin mediar palabra. Mientras el navío rodeaba la costa en dirección a su último destino, la Espesura de Krasarang, los aventureros tomaron un descanso para recuperar el aliento y reflexionar en sus camarotes, mientras Kaneela reprochaba al Altonato por todo lo que había descubierto.

12-Resumen

La expedición tardó poco tiempo en alcanzar la costa de Krasarang. Allí, Sharil echó anclas, esperando a los viajeros en su navío mientras alcanzaban la orilla del mar en pequeños botes. Tras caminar durante unos minutos, alcanzaron el Templo de la Grulla Roja. Allí, Daofeng les esperaba nuevamente, de forma diferente. Esta vez mostraba una enorme curiosidad por presenciar lo que le esperaba a Farelar, deseoso de averiguar si pasaría o no su última prueba. Descendieron por las interminables escaleras hacia el sótano del templo, en el cual se encontraba el sagrario interior, lugar de meditación de Chi-Ji. Allí, la Grulla, inquisitiva, le preguntó por su esperanza. Farelar tenía la esperanza de salvar a su pueblo a cualquier precio. De darles un futuro mejor. Es así cómo el Celestial comenzó el último desafío, enfrentándole a sí mismo. A la oscuridad de sus entrañas, contra la que Sombraeterna debió combatir delante de todos los presentes. Tras vencer, Farelar encontró un atisbo de esperanza en la lección del Celestial, el cual le dió su última bendición, deseándole buena fortuna con el último paso de su viaje. Es así como Farelar, con cierta humildad, agradeció las palabras de la Grulla. El grupo abandonó el templo, encaminando sus pasos hacia un pequeño puesto de pandarens cazadores y comerciantes, en el cual pudieron pasar la noche, debatiendo la última vivencia que la Grulla Roja les había mostrado sobre el pasado de Sombraeterna. 

13-Resumen

Farelar, intrigado por las palabras de Daofeng, las cuales hablaban sobre unas pozas capaces de devolver la vida y la juventud, le incita para que le acompañe y guíe en su viaje hacia estas. Ambos abandonan el poblado sin previo aviso, escabulléndose en la noche para alcanzar las ruinas mogu en las cuales estos custodian las sagradas pozas. Allí, tras una encarnizada batalla contra los otrora guardianes titánicos, Farelar consigue lo que tanto deseaba. Una muestra de la sabiduría y el poder de las Pozas de la Juventud.

14-Resumen

Al día siguiente, la discordia se hace más fuerte entre el grupo debido al cambio de comportamiento de Farelar, el cual se muestra mas frío y distante que de costumbre. Las sospechas se hacen mayores en los puros corazones de los viajeros, los cuales siguen las órdenes de Sombraeterna de regresar al navío, preguntándose por qué ahora, pues no habían visto que el altonato hubiera terminado sus quehaceres allí. Tras embarcar, todos miran incrédulos a Farel, temiéndose su propia traición. Las sospechas se vuelven más grandes cuando este ordena a la capitana del navío, Sharil, que ponga rumbo hacia el Mar Abierto a toda velocidad, sin importarle las consequencias. Al hacerlo, el barco encuentra en su camino una horrible tormenta marítima en el horizonte, la cual podría destruir el barco con facilidad. Con avidez, Farelar obliga a Sharil a mantener el rumbo y adentrarse en el ojo de la tormenta, sin tener en cuenta el peligro ni los riesgos para sus "aliados". Tomándole por loco, el grupo de draeneis y compañeros del altonato recriminan sus acciones, pero antes de poder detenerle, se adentran en sus camarotes para refugiarse de lo que está por venir al ver cómo Farelar, utilizando su mapa mágico, conjura un oscuro portal, cual agujero de gusano, el cual se precipita a devorar el barco. Traicionados por él, el navío es presa del hechizo, que succiona el transporte y a toda su tripulación a través del portal.

15-Resumen

El grupo despierta en un lugar completamente desconocido para ellos. Un bosque negro y decrépito, corrupto por energías viles y oscuras donde ni siquiera la Luz puede responder a sus plegarias. Rodeados por una densa niebla que altera sus sentidos y anula su cordura, mientras que grotescos ruidos y gigantescas pisadas se pierden entre la maleza, los viajeros deciden correr por sus vidas, guiados por Shindralas y Nilarith, los cuales parecían conocer el lugar con anterioridad. Tomando el cuerpo de Dhaneera, la cual parece inconsciente por el hechizo del portal, y reparando en que Farelar no se encuentra junto a ellos, llegan a la conclusión de que este les había traicionado, arrastrándoles a ese impío lugar. Avanzando a través del Bosque Negro durante horas, las cuales parecen días, los viajeros parecen dar vueltas en círculos mientras algo les persigue entre la niebla con la intención de devorar sus almas, y mientras estos mismos pelean entre sí, presa de la discordia y la desesperación. Tras perder la pista del Vindicador Sepharian durante el viaje por el bosque y calmar la desesperación de Shindralas, el cual había sido presa de la locura, Nilarith encuentra un distante brillo entre la niebla. Siguiéndolo con ímpetu, guía al grupo hasta un claro en el bosque, rodeados por tétricos árboles deformes. Allí, colgado por unos zarcillos, y profundamente malherido, dan con el Vindicador Sepharian, el cual parecía haber sido presa de los monstruos del lugar. Bajo él, encuentran un artefacto en el que brilla un pequeño ápice de Luz. La guadaña que Farelar utilizaba como arma, la cual parecía haber sido abandonada por él. Cuando el grupo se encarga de llevar consigo a Sepharian, y la joven Nilarith toma la guadaña que su maestro había abandonado, un alma cautiva en lo más profundo del arma parece hablar a sus mentes, mostrándoles el camino para escapar de la pesadilla del bosque. Tras escasos minutos, alcanzan el árbol muerto en el corazón del bosque, en el cual se adentran. En su interior hueco y vacío, dan con un tocón de madera en el cual hay runas mágicas grabadas, las cuales muestran un círculo de teletransporte. Activándolas con su magia Arcana, la joven Nilarith consigue salvar al grupo de tal destino, permitiéndoles abandonar de una vez el Bosque Negro.

16-Resumen

Tras cruzar el portal mágico, el grupo parece llegar a la torre abandonada que corona las Islas de Zin-Shalla, en las cuales se encuentra el grupo. Asombrados por la antiguedad del lugar, y la artesanía que adorna sus muros, repletos de una sombría decoración con tintes altonato, encuentran a un elfo de aspecto anciano, ataviado con una elegante toga, pero que muestra un rostro humilde y servicial. Este se presenta como Soroi, el mayordomo personal de Lord Sombraeterna, el cual les guía a través de la torre hasta dar con Éredum Lagrimavil, una cazadora de demonios a la cual conocieron como aliada de Farelar tiempo atrás, durante su estancia en Vallefresno. Soroi y Éredum dan una explicación a los desaliñados y desconfiados viajeros, contándoles cómo todo fué un plan de Sombraeterna para desviar la atención del ser que regentaba la torre y su propia voluntad, conocido como Sha'lla. El grupo, descontento con la situación y con haber sido manipulados como piezas de un tablero de ajedrez por Farelar, se dan cuenta de que él mismo los arrastró hasta ese lugar para que ellos le ayudasen a derrotarle, liberándole de sí mismo. Soroi incita al grupo para que destruyan una de las maléficas criaturas que habían en la torre, la cual Sha'lla usaba como maleficio para que la Luz no respondiera a las plegarias de los draenei. Tras enfrentarse a la criatura encerrada en un cristal mágico y liberarla de su cruel destino, la oscuridad del lugar mermó, y los exiliados draenei sintieron cómo la sagrada bendición de sus dioses naaru volvía a brillar en sus corazones. El grupo continuó avanzando a toda prisa, pues el tiempo corría en su contra. Guiados por el humilde Soroi, cruzaron el corazón de la torre, dando esquinazo a los oscuros siervos de Sha'lla, los cuales les perseguían para poner fin con su intromisión. Al alcanzar la biblioteca de la torre, los viajeros quedaron asombrados ante la enorme cantidad de conocimiento que yacía allí, el cual estaba siendo saqueado por pérfidos criaturas lideradas por un demonio observador llamado Morcor. Pero el asombro se volvió duda, miedo, e incluso odio, cuando el grupo encontró la biblioteca personal de Farelar, donde vieron con sus propios ojos como el Altonato tenía una enorme colección de archivos con gran cantidad de nombres de seres importantes esparcidos a lo largo de Azeroth, los cuales aparecían como "Vivos, Muertos, o Eliminados". Muchos de los presentes vieron sus nombres o los de conocidos suyos entre las listas, lo que aumentó la inquinia de muchos de ellos, volviéndoles contra el Altonato.

17-Resumen

El grupo, deseoso por obtener respuestas y acabar con la pesadilla, se encabezó hacia el piso superior de la torre. Allí encontraron un enorme observatorio, el cual Soroi reveló que Morcor estaba asaltado en ese instante. Tras desearles suerte, el mayordomo les abandonó para dirigirse a los pisos siperiores y salvar las vidas de los que habían quedado atrás. Los viajeros se adentraron en la sala, fascinados por el enorme telescopio que coronaba la Cámara de los Mundos. Allí encontraron al observador Morcor, al cual derrotaron con una asombrosa facilidad, destruyéndolo con toda la ira que sus corazones albergaban en aquel instante. Tras ello, Sharil encontró una consola ubicada junto al telescopio, la cual accionó. Cuando la femenina y autómata voz de la consola no encontró identificación, activó el proceso de sellado de la cámara, a lo cual todos los miembros del grupo escaparon temerosos de lo que pudiera ocurrir, huyendo de la cámara.

Habiendo termiando con su última distracción, el grupo alcanzó la cúspide de la torre. Alzaron la vista al cielo, encontrándose con un cúmulo de sombras en forma de vórtice que les arrebató el aliento, y allí es donde encontraron a Farelar, el cual fué poseído por el oscuro ser Sha'lla, lanzándose a combatir a los intrusos que se habían interpuesto en su ritual. La lucha fué encarnizada, y se extendió durante horas, durante las cuales el oscuro Sombraeterna, ahora sin voluntad, castigaba a sus antiguos aliados con sus más terribles hechizos, hasta que las fuerzas de estos flaquearon hasta tal punto que Farelar venció en sejemante y encarnizada lucha, dejándoles sin aliento. Cuando este se disponía a ejecutar a Kaneela, la cual utilizó su caja de música para tratar de hacerle volver en sí, Nilarith, entre lágrimas, atravesó al Altonato con su antigua guadaña de cristal. Esto provocó que, en el estado en el que se encontraba, el arma drenase su oscura energía, actuando como prisión, para destruirse después en mil pedazos. El último ápice de Luz de la guadaña se liberó, dándoles un último aliento a los viajeros, que contemplaban con duda y tristeza como un Farelar que ya no desprendía maligna energía alguna, yacía en el suelo debatiéndose entre la vida y la muerte. El mayordomo Soroi apareció justo a tiempo, conjurando un portal e incitándoles a abandonar cuanto antes el lugar. Afligidos por la combinación de sucesos que habían presenciado, el grupo cruzó el portal mágico, reapareciendo de nuevo en el navío de Sharil, el cual surcaba el Mar rumbo al Exodar. Todo había terminado... por ahora.

Era el fin.

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