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Salud camaradas,

Los compañeros y compañeras de la Milicia renegada se encuentran en estos momentos combatiendo en el frente contra los terroristas y asesinos huargen, que amenazan a los Pueblos Libres del mundo con sus crímenes, ponzoñas y sádicas torturas.

Pero, para nosotros, los renegados, todos los asuntos que conciernen a la Horda son de vital importancia, y nos preocupamos de la misma manera, o más, por las cuestiones que afligen a un sencillo trol, un orco, un elfo, o a cualquier otro ser vivo de nuestra gloriosa Horda, que por nuestras propias tareas.

Es por eso que editamos esta circular para aclarar las dudas y acabar con las mentiras que se han vertido sobre nosotros en un tema que se ha convertido en la principal preocupación de los valientes soldados de la Horda de hoy en día:

La ecología.

La ecología, para los profanos, es la ciencia moderna que nos enseña a rentabilizar con el máximo provecho los recursos que nos ofrece la tierra y el resto de elementos.

El principal ejemplo de los grandes avances que logramos alcanzar en esta ciencia lo encontramos en Trabalomas y Costasur.

Estas tierras, antaño arrasadas por destructivos campos de cultivo, labrados abrasando el suelo por esclavos humanos de la Alianza, no eran más que un páramo infestado de osos infernales, y tan solo servía como puertecilla a la madriguera donde se esconden los bandidos traidores del clan Lobo Gélido, que, como ratas desertoras, se niegan a combatir por la Horda, mientras se revuelcan por el barro congelado del Valle de Alterac, un yermo inválido que comparten con las alimañas de Pico Tormenta.

Ahora, se ha convertido en una zona rica y productiva gracias a un nuevo ecosistema conseguido con el esfuerzo y el tesón de nuestros camaradas boticarios.

Los Campos de Trabalomas son ahora el principal campo de setas y lodo de todo Azeroth, y los renegados nos hemos convertido en los primeros exportadores mundiales de este tipo de mercancías, generando importante ingresos para las arcas de la Horda.

Y los osos, esas bestias desalmadas que solo existían para atormentarnos, ¡gracias al ingenio renegado ahora son un material de provecho! Utilizamos osos en nuestras granjas de arañas como comederos de huevos vivientes. Nuestras arañas ponen sus huevos en el cuerpo de los osos y los huevos se alimentan de la carne y de la sangre de las bestias.

¡Cuánto se habrá arrepentido la Naturaleza de iniciar esta guerra plantando esos osos contra nosotros! ¿Oigo lamentos, ahora que está perdiendo? Quizá debería haber atacarnos. Ahora debe asumir las consecuencias.

Los no-muertos nos estamos convirtiendo en una nueva fuerza que superará a la Naturaleza y todas sus debilidades. En síntesis, los renegados somos la nueva Naturaleza.

No debemos combatir el progreso. Debemos incentivarlo.

¡Por los renegados!

¡Muerte a los vivos!

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