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Horda
Khram
Imagen de Khram
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Apodo Sierpe Boreal
Título Rey del Iglú
Género Masculino
Raza Trol
Edad 41
Clase Pícaro
Alineamiento Neutral-Legal
Ocupación Corsario
Lugar de nacimiento Zul'drak, Rasganorte
Residencia Mar del Norte
Afiliación Horda
Antigua afiliación Corsarios Velasangre
Estado Vivaz


Trasfondo[]

Rompiendo el Cascarón

Nacido en el contexto del decadente Imperio Drakkari en la fría Rasganorte hace, según las fuentes, casi medio siglo. Poco se sabe de su infancia o entorno familiar mas allá de lo que él mismo cuenta. Sin embargo, se rumorea ser el hijo bastardo de un importante aojador que veneraba al loa Sseratus.

A pronta edad abandonó su gélido hogar, según parece, por las dificultades que conllevaba su condición de bastardo en aquella comunidad. Asediado por el despiadado invierno de Rasganorte en su exilio y tras ser azotado mortalmente por una banda de ladrones snóbold, tan solo un formidable colmillarr conocido como Apa'keta evitó que sus huesos acabasen bajo los líquenes de la tundra.

En gratitud con su salvador, Khram colaboró con la familia de Apa'keta durante un tiempo, sintiendo que aquella aldea a orillas del Mar Gélido era verdaderamente su hogar. Allí aprendió las ancestrales técnicas de navegación de un pueblo dedicado al comercio y la caza en el mar.

No era habitual el caso de forasteros habitando comunidades kalu'ak tanto tiempo, sin embargo, espiritualmente, los loas de estos no resultaban tan ignotos al joven trol como podría parecer, que encontraba similitudes entre ambos cultos.

Una noche, volviendo de recoger las trampas de cangrejo demasiado lejos de la aldea, una galera pirata interceptó la humilde canoa en la que se desplazaba Khram junto a algunos de sus compañeros de caza, tomándolos irremediablemente como esclavos remeros. Mientras que la mayoría de colmillarr murieron por desaclimatación, inanición o cansancio, Khram pudo mantenerse vivo lo suficiente como para que su oportunidad llegase.


La Muda de Piel

Su historia, narrada en torno al calor de una fogata, podría tener tintes de heroicidad, un joven trol del remoto norte que sobrevivió varias veces al famélico beso de la muerte para navegar los Siete Mares en nombre de la libertad. La realidad, y posiblemente la que solo unos cuantos se atrevan a contar, es otra.

Tras duras jornadas de navegación en la galera pirata al mando del cruel pirata humano Jack Johnson Jonas "El Jocoso" - conocido, además de por su exageradamente común nombre, por degollar a todo el que no le riese sus gracias - la embarcación atracó en las oscuras costas de la Kalimdor del norte, hogar ancestral de los kaldorei, destino tan jugoso como poco apetecible para tripulaciones mal preparadas.

Este era el escenario ideal para una revuelta, una oportunidad de liberarse y escapar del yugo de Jack Johnson, para por lo menos poder elegir dónde morir, en palabras de Zu'nani, una esclava y concubina trol que había conseguido arrebatar esa información al contramaestre desde su cama, no sin sufrir en sus carnes el dolor de sus grilletes. Dado su vínculo racial con Khram, estos solían remar el uno al lado del otro, siempre que las cadenas lo permitían, e intercambiar historias y experiencias siempre que el capataz no mirase.

Las sombras de la cerrada noche kaldorei dotaban de una remota oportunidad de escape a los esclavos siempre que estos estuvieran coordinados, unidos y organizados contra sus superiores. Mientras los mejores espadachines y duelistas de la tripulación partían a saquear ruinas y bosques cercanos, la masa de esclavos lograba reducir a sus vigilantes y centinelas con sus propias cadenas, armados solamente con remos, botellas rotas y esposas, obtener las llaves que compraban su libertad, y abandonar la prisión flotante de madera, para escapar en busca de su destino.

Todo hubo salido a pedir de boca, hasta que la víbora hincó su diente y envenenó a su presa. Zu'nani fue degollada ante la impávida mirada del resto de esclavos, que presos del miedo y la desmoralización, se dispersaron, siendo presa fácil para la tripulación del Jacarandoso' II, la nave pirata. En cuestión de minutos, todos los esclavos habían vuelto a las bogaderas, los que no, ajusticiados o fugados. En agradecimiento, Khram fue nombrado miembro de pleno derecho de la tripulación, logrando escalar socialmente puñalada mediante.


Reptando por la selva

Continuaría navegando a bordo del Jacarandoso II el drakkari durante un buen par de años, durante los cuales la tripulación gozó de salud, fortuna y bonanza. Mercantes, pesqueros y pequeños asentamientos costeros sufrían indefensos las acometidas de la galeaza de guerra pirata, curtida en jugar al tira y afloja cerca de la costa, atacando al débil, robando al pobre, y huyendo del rico y del poderoso.

Sus días de gloria llegaron el día que tocaron a la puerta de un imperio. Advertidos en vano por Khram, la partida de saqueo pirata se aventuró demasiado cerca de la ciudad-templo de Zul'gurub, cayendo presa de sus frenéticos guerreros y sus sañosos cazadores. El Capitán Jack Johnson Jonas fue arrojado desde una torre de vigilancia como si de carroña se tratase, y el resto de tripulantes alimentados vivos a raptores y murciélagos. Khram, conocedor de la ira de los Gurubashi, optó por deslizarse entre la jungla antes de la incursión y escapar a una muerte segura. Si hay algo que un trol odie mas que un elfo, es otro trol, o eso decían.

Sus aventuras seguirían en alta mar tras enrolarse junto a los Velasangre, de paso por aquellas aguas. A fin de cuentas, ¿tenía otra forma de sobrevivir? En cualquier puerto libre sería colgado de un palo, en cualquier ciudad apresado, y en cualquier campamento apaleado. Durante algunas noches Khram aún añoraba al buen y humilde Apa'keta, así como la pequeña aldea y sus habitantes, de quienes nunca pudo despedirse, consolándose con que ya habría muerto de vejez.


Cascabel dorado

Dentro de la tripulación Velasangre ascendió fácilmente a intendente dentro de la jerarquía de un valeroso velero conocido como Bonafuente, adquiriendo cierto renombre y prestigio, lo cual le valió mas enemigos que fortuna personal. Eran muchos quienes, como hizo él hace años, estarían dispuestos a apuñalarle por interés. Era consciente de que su estancia entre los Velasangre sería temporal, de él dependía si abandonarla por su propio pie o con ambos por delante.

Capricho del destino que tuviese lugar justo ante la gloriosa Flota Dorada Zandalari su mejor oportunidad para cambiar de capa nuevamente. El Bonafuente, junto al Monteplata La Holgura, destacados bergantines de guerra Velasangre, dieron caza tras una larguísima persecución a un escurridizo mercante tol'vir que se rumoreaba cargado de tesoros del lejano occidente. Para desgracia de los piratas, en el momento de expropiar los bienes, fueron avistados por una patrulla de guardacostas zandalis, que navegaban con viento a favor.

Pillando en bragas a los asaltantes de mar, fueron presa fácil para los Zandalari, que cazaron con la furia de Gral hasta al último de los piratas, menos uno: Khram. Y es que fue gracias a él y a sus leales que rindieron El Bonafuente a la armada trol, no sin antes deponer al capitán en un fugaz e inesperado motín. Corre incluso el rumor de que fue él, Khram, quien susurró al capitán el nombre del mercante tol'vir antes de que nadie supiera siquiera de su existencia.

El inteligente oficial de la Flota Dorada al mando de aquellos guardacostas supo ser benevolente con el espigado marinero drakkari, y no solo perdonó su vida sino que le permitió hospedarse en Dazar'alor durante dos noches como recompensa. Aún sabiendo que aquello era mas un pretexto para matarlo en alguna taberna por la noche que un acto de buena fe y hospitalidad, una noche bastó al carismático Khram para ganarse el favor de las autoridades zandali.

Tras exiliarse un periodo de tiempo al interior de la isla, que sufría no solo el devastador Cataclismo sino también la crisis de sus aventuras militares fracasadas, le fue concedido el permiso de servir en la Flota Dorada tras recibir un indulto imperial. A fin de cuentas, los mejores navegantes con dos colmillos saliendo de la boca habían muerto en Pandaria.

A día de hoy colabora estrechamente con la Horda de Sylvanas capitaneando pequeñas escoltas de suministros en Zuldazar y cazando barcazas encubiertas de la Alianza en los ríos y manglares de Nazmir. Sin embargo, aspira a mas. No ha mordido a tantas presas para acabar muriendo sin pena ni gloria. Esta guerra será su mejor oportunidad, o la última.

Apariencia[]

Alto y fornido, contundente en la melé. Su piel, oscura, reseca y avinagrada, es amarga como un cactus en mitad del desierto, con escarpados mechones de pelo en lugar de espinas. Pelo largo, levemente cano y recogido hacia atrás, a menudo empapado en aceite o grasa virgen. Uno de sus colmilos, amputado, luce un adorno de cobre. Su característica mas distintiva es su dentadura, una amalgama de materiales preciosos, algunos muy poco recomendados para sustituir a un molar, caido seguramente fruto del escorbuto, que resaltan fácilmente cuando su portador habla, sonríe o mastica.

Su nariz es corva y judia, alargada, de color azul levemente blanquecino, seguramente fruto de quemaduras con la nieve. Su escarchizo pelaje le protege de temperaturas bajas, algo bastante habitual en los Mares del Norte, pero bastante mas incómodo en los trópicos, donde el sudor se mezcla con los residuos de su cuerpo, dando lugar a una explosiva mezcla de nauseabundos olores bastante reconocible, y desagradable.

Su ojo izquierdo brilla con el fulgor propio de un cristal, y, rodeado por una cruda cicatriz que trepa su mejilla hasta montarse sobre su calva ceja, obvia el hecho de ser artificial. Sus orejas, alargadas y mustias, lucen múltiples perforaciones y dilataciones de dudosa calidad, llegando algunas a parecer mas bien heridas cuyo acero se quedó enquistado y milagrosamente sanó.

Carácter[]

Macabro y viperino. Leal tan solo a Padre Oro y Madre Mar. Y a veces ni eso. Cargado de confianza y seguridad, es precisamente una de las últimas personas a las que desearías encomendarte para algo mas que una travesía en alta mar o una noche de lujuria. No lo aparenta, pero es profundamente espiritual. En su intimidad, se encomienda a algún loa, pero se desconoce a cual.

Esquivo y vacilante, pocas veces parece poder ser tomado en serio en una conversación. Lejos de ser el estereotipo de mercenario serio, distante y hostil, se trata de una personalidad alegre, vivaz y sarcástica, tan capaz de hacerte reír como de robarte mientras tanto. A pesar de todo esto, es un gran navegante y sus aptitudes en alta mar están mas que demostradas.

Allegados[]

Apa'keta, figura paternal adoptiva, ubicación desconocida. Última vez visto hace muchos años en su aldea de la tundra, a orillas del Mar Gélido en la Rasganorte septentrional.

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