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Eneltharion Pelaje Gris
Imagen de Eneltharion Pelaje Gris
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Título Druida de la Zarpa
Género Masculino
Raza Kaldorei
Edad 550 aprox.
Clase Druida
Alineamiento Neutral bueno.
Lugar de nacimiento Desconocido
Residencia Frondavil
Afiliación El Círculo Cenarion, Los Guardianes de Hyjal
Estado Vivo

Trasfondo[]

Infancia y juventud[]

Nacido aproximadamente en el año 520 antes del Portal Oscuro en Vallefresno, casi nada se conoce de sus primeros años o de quienes fueron sus padres. Cuando contaba con pocos días de vida fue encontrado frente a la cabaña del druida Badras Testarroble, que se encargó de guiar al joven elfo, que ya destilaba destellos dorados de sus ojos, por la senda del druidismo. Gracias a años de entrenamiento Eneltharion logró adquirir los conocimientos básicos en las artes druídicas: comunión con la Naturaleza y uso de su fuerza en el combate, conocimientos sobre herboristería (que a la postre marcarían su futuro) y la bendición del Ancestro Oso Ursoc fueron las más importantes enseñanzas de su maestro. Sus ratos libres los pasaba correteando por los bosques, en forma feral o kaldorei, y perfeccionando sus habilidades tanto en la batalla como en aspectos relacionados con la supervivencia: caza, pesca, recolección de frutos silvestres, etc.

Como parte del antiguo pacto entre Ysera y Malfurión Tempestira, Eneltharion, tras haber completado su entrenamiento y con gran pesar por tener que despedirse de su mentor y único padre conocido, pasó a dormir el Sueño Esmeralda junto con el resto de druidas, sin ser consciente del papel que sus correligionarios y él mismo jugarían unos años después.

La Tercera Guerra y la Batalla del Monte Hyjal[]

En el año 21 tras la Apertura del Portal Oscuro, las tropas demoníacas de la Legión Ardiente comenzaron la invasión de Kalimdor con el objetivo de destruir el Árbol del Mundo y acabar con la vida en todo Azeroth. Las fuerzas de las Centinelas, lideradas por Tyrande Susurravientos, se vieron superadas en todos los frentes, por lo que la Suma Sacerdotisa tomó la determinación de despertar a los druidas que dormían el Sueño Esmeralda para inclinar la guerra a favor de Azertoth. Entre ellos se encontraba Eneltharion Pelaje Gris, que se unió inmediatamente a la guerra contra los demonios. Una de las primeras acciones llevadas a cabo por el druida fue reencontrarse con su mentor, lo que se produjo con gran alegría por parte de ambos en los verdes bosques de Vallefresno.

A las órdenes del Archidruida Malfurión Tempestira, Eneltharion Pelaje Gris y Badras Testarroble pelearon en infinidad de batallas en los bosques de Vallefresno, haciendo gala de un estilo agresivo propio de los druidas de la Zarpa basado en toscos ataques físicos que literalmente despedazaban a sus rivales. Fueron testigos de la corrupción del bosque por los demonios así como de la traición de Illidan Tempestira y de la obtención de la Calavera de Gul’dan. Se encaminaron entonces hacia las verdes faldas de Hyjal, donde tuvieron noticias de que la tropa demoníaca de lord Archimonde el Profanador se dirigían a destruir el Arbol del Mundo. Allí tuvo contacto por primera vez con las razas mortales de Azeroth, quedando vivamente impresionado por los toscos enanos de la Alianza y sus monturas aladas, a las que llamaban grifos. Eneltharion y su maestro Badras lucharon frente al campamento de los humanos, solo para observar cómo la Legión Ardiente lograba traspasar sus defensas con oleadas de manáfagos, súbucos, infernales y guardias viles y forzando a los humanos y a los elfos a retirarse a la siguiente base, la de los orcos. En esta se produjeron los combates más encarnizados, pero la furia combinada de la Horda y la del pueblo kaldorei no lograron hacer mella en los enemigos; al contrario, cuanto más se esforzaban en defender el campamento más fuertes parecían los demonios. Fue en este momento cuando, en un lance, la espada de un guardia vil atravesó la dura piel de Badras Testarroble, hiriéndolo de muerte justo antes de que los líderes decretasen la retirada. En el último campamento, situado justo a los pies del gran Árbol del Mundo, Eneltharion vio morir a su maestro, que le hizo entrega de su bastón, Shala'dore, bendecido por el mismo guardián Ursoc. Los elfos lograron imponerse al final a los demonios, dando tiempo al Archidruida Tempestira a conjurar un hechizo que acabó con los demonios a costa del sacrificio de su inmortalidad.

El autoexilio en Frondavil[]

Los elfos de la noche se habían impuesto a la Legión con ayuda de las razas mortales, pero el resultado de la guerra distaba mucho de ser una paz duradera. Los restos de las fuerzas que habían invadido Azeroth seguían dispersos por los bosques; los humanos y la Horda, a pesar de que se habían retirado a sus ciudades en la mitad sur de Kalimdor, se encontraban al principio de la que sería una escalada de tensiones que, tarde o temprano, culminarían en la guerra; y la destrucción del Árbol del Mundo había forzado a los elfos a renunciar a su inmortalidad. Ante este panorama tan desolador y destrozado por la pérdida de su maestro y único padre conocido, Eneltharion Pelaje Gris decidió dedicar el resto de sus días a purgar los restos de la Legión Ardiente de los bosques de Kalimdor. Se internó en los corruptos bosques de Frondavil donde, combinando su habilidad guerrera con los poderes sobre la naturaleza que le otorgaba el Shala'dore se dedicó a la limpieza de aquellas tierras colaborando junto al Círculo Cenarion e ignorando la participación kaldorei en las guerras contra la Horda en Vallefresno, la Legión en Terrallende y el Rey Exánime en Rasganorte.

En esta época de autoexilio Eneltharion evitaba el contacto con otros seres racionales salvo cuestiones de fuerza mayor, como el enfrentarse a un infernal o a un ser poderoso. La excepción a este comportamiento la tuvo en algún momento entre la derrota de lord Illidan y las guerras de Rasganorte: una elfa de la noche, Druida de la Garra y de nombre Jurith Ala Estelar apareció en Frondavil movida por los mismos deseos de limpiar la tierra que Eneltharion: juntos colaboraron en la lucha contra los demonios y en el estudio de los efectos de la magia vil en las plantas, convirtiéndose en pilar fundamental en la vida del otro. Solo abandonaron las profundidades de Frondavil cuando los Guardianes de Hyjal llamaron a todos los druidas a defender el monte sagrado de los elfos contra las fuerzas elementales del Martillo Crepuscular.

El Cataclismo en el Monte Hyjal y la expedición a Draenor[]

Alamuerte el Destructor había despertado de su letargo, animando a sus seguidores del Martillo Crepuscular y a las abominaciones elementales esclavizadas por estos a lanzarse a la conquista del mundo para su señor. Una de las plazas más duramente asediadas por estas fuerzas fue en Monte Hyjal. Allí, bajo la dirección de la misma Ysera, la Soñadora, las fuerzas combinadas druidas, del Vuelo Verde y de los Guardianes ancestros lograron expulsar a los invasores hacia el plano de Fuego. Tras la victoria en Monte Hyjal Eneltharion y Jurith volvieron a Frondavil, para seguir trabajando en la limpieza del territorio hasta que tuvieron conocimiento de la apertura del Portal Oscuro al Draenor alternativo y la irrupción de la Horda de Hierro. Llevada por la curiosidad por conocer el estado de las plantas de Terrallende antes de la implosión del planeta, Jurith logró convencer a Eneltharion para trasladarse al Valle Sombraluna a investigar la flora local, lo que hicieron por un tiempo. Cuanto más se internaban en los bosques de Sombraluna más especies descubrían, hasta que una de ellas causó una gran desgracia al grupo: durante la estancia de Eneltharion en Karabor, recogiendo suministros, Jurith se internó imprudentemente en uno de los bosques y desapareciendo misteriosamente. Una visión posterior en uno de los templos de Sombraluna mostró a la kaldorei siendo atacada y asesinada por una tribu de vainetes de forma cruel y despiadada: a lanzazos.

Actualmente[]

Eneltharion, desolado por la pérdida de Jurith, regresó a Frondavil, donde ha tenido conocimiento de la nueva llegada de la Legión Ardiente.

Aspecto físico[]

Eneltharion Pelaje Gris es un kaldorei fuerte, de cuerpo trabajado a lo largo de años de entrenamiento físico. Su altura es de aproximadamente 210 centímetros, tamaño medio para su raza. Sus músculos, en particular los de los brazos, se encuentran bastante desarrollados, dando lugar a una figura bastante corpulenta. Sus hombros y su espalda son anchos. El rostro de Eneltharion es delgado, serio, moreno por las largas jornadas de trabajo frente al sol y surcado por distintas arrugas, producto de la exposición a los elementos y a las distintas fuentes mágicas. Sus ojos son dorados, símbolo de una gran afinidad con la naturaleza y de las habilidades druídicas en las que ha sido instruido, y su nariz es estrecha. Completan el rostro una frente ancha y un mentón puntiagudo. Las orejas de Eneltharion son delgadas y picudas, encontrándose la derecha rasgada a la altura del lóbulo. Su cabello es de un azul apagado y nada vivo, casi siempre suelto sobre la espalda y sin adornos. En cuanto a su vestimenta, Eneltharion Pelaje Gris suele vestir viejas túnicas desfasadas, de índole druídica y colores fríos en consonancia con la naturaleza del norte de Kalimdor combinadas con hombreras y abalorios rituales. Especialmente orgulloso se muestra sobre el Shala’dore, un bastón ritual perteneciente a su maestro, el druida Badras Testarroble, imbuido con la bendición del gran oso Ursoc. Cuando utiliza su forma de oso es un ejemplar adulto, de aproximadamente 400 kilos de peso, de pelaje gris oscuro algo canoso (de donde toma su nombre) y grandes y afiladas zarpas que utiliza como sus más temibles armas.

Personalidad[]

Aspectos psícológicos[]

Eneltharion Pelaje Gris es un elfo alejado del estereotipo de druida sabio, cultivado y que comprende a la perfección los misterios de Azeroth. Él es un luchador, un guerrero, algo rudo en sus formas sociales y más ocupado en desarrollar sus habilidades físicas que en cultivar su mente mediante el conocimiento, prefiriendo, por ejemplo, el salir a entrenar al bosque que quedarse a estudiar en la biblioteca. Sin embargo, Eneltharion combina su entrenamiento físico con su gran pasión: la herboristería, habiendo colaborado con distintas organizaciones, como el Circulo Cenarion, con su obra: “De las Hierbas de Azeroth y sus usos en la medicina tradicional”. También valora la necesidad de un equilibrio eficaz para el desarrollo de la naturaleza, por lo que es usual verlo sobrepasar las líneas de lo moral e incluso de lo legal para conseguirlo.

Características emocionales[]

Eneltharion es un elfo tradicional y bastante inmovilista, anclado a los antiguos rituales druídicos de los elfos de la noche, de donde es muy difícil sacarlo ideológicamente. Basa el grueso de sus acciones en tres pilares fundamentales: la lealtad, la solidaridad y la protección de la naturaleza. Se encuentra casi siempre en estado de alerta, por lo que su personalidad es bastante seria y pocas veces se le puede ver bromeando. Otro rasgo característico de la personalidad de Eneltharion es su falta de reflexividad a la hora de entrar en combate, sobre todo si el enemigo es un demonio, a los cuales odia profundamente.

Fe[]

Eneltharion comparte la fe de la gran mayoría del pueblo kaldorei, venerando y respetando a la diosa Elune y al semidiós Cenarion. Como druida de la Zarpa, Eneltharion sigue las enseñanzas del Guardian Antiguo Ursoc, el Gran Oso. Conoce de memoria los relatos sobre el Gran Oso y la Guerra de los Ancestros, y los toma como ejemplo e inspiración a la hora de entablar combate. También suele transmitirlos a los nuevos druidas con los que se cruza.