Campaña de la Corona Ensangrentada
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Información de la Batalla | |
Fecha | ??/07/2010 - ??/08/2010 |
Lugar | Tierras de la Peste del Este |
Resultado | Victoria de la Horda |
Beligerantes | |
La Alianza
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La Horda
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Comandantes | |
Ignace Victus
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Nekharis Vientopena
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Bordruk
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Alguíen
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Trasfondo[]
La Guerra de Vallefresno entre la Horda y la Alianza durante los últimos años ha convertido un lugar antaño en armonía y paz entre los que allí habitaban, en un campo de batalla sangriento, cruel y despiadado. Las fuerzas de la Horda y de la Alianza luchan con una ferocidad que haría temblar al más valeroso de los veteranos de guerra, y en su carrera por la victoria, muchos sacrificios se han hecho...
Sin embargo, todos los esfuerzos de la Alianza no han sido suficientes para frenar el imparable avance de las brutales Hordas de orcos, trols, tauren, muertos vivientes y elfos, que avanzan inexorablemente a lo largo y ancho del bosque. Todo ha caído en el este del Sagrado Bosque, y sólo Astranaar se antepone al avance de la Horda. ¿Por cuánto tiempo aguantará el último bastión de la Alianza en ése bosque? ¿Quién parará a la Horda ahora que parece imparable?... La situación ha llegado a un punto donde ni uno ni otro puede avanzar, y es una guerra de desgaste, donde ambas facciones luchan por cada centímetro de terreno, sin ganar o perder nada significativo. La Guerra de Vallefresno se ha estancado. Las posiciones se pierden y ganan en menos de un día, en cuestión de horas, la lucha encarnizada se convierte en una especie de lucha por supervivencia donde no luchan ejércitos organizados, si no casi una batalla donde cada individuo lucha por su vida individualmente.
La batalla de Vallefresno se ha estancado...
Las Ruinas de la Ciudad Capital de Lordaeron... antigüa joya de la Humanidad en el norte, centro de diversas culturas, donde todo miembro de la Alianza era bienvenido, ahora yace en ruinas, desde hace unos eternos años.
Siguiendo los años de debate sobre el internamiento de los orcos, una plaga apareció en el norte de Lordaeron. Mientras se fue expandiendo por los pueblos y ciudades de Lordaeron, uno a uno fueron cayendo a manos de el Azote, incluso ciudades tan grandes e importantes como Andorhal y Stratholme. Finalmente, con la corrupción de el Heredero al Trono de Lordaeron, el Príncipe Arthas Menethil, la Capital sucumbió.
Arthas asumió durante un corto lapso de tiempo el título de Rey, y gobernó como un agente de el Azote, antes de la erupción de una guerra civil entre sus fuerzas, los restantes señores del terror, y la muerta viviente libre Sylvanas Brisaveloz. Las fuerzas de Sylvanas, los Renegados, alcanzaron la victoria sobre los señores del terror y el Azote, reclamando la ruinosa ciudad Capital de Lordaeron, debajo de la cual construyeron Entrañas.
Lordaeron fué antaño un lugar de futuro, esperanza, prosperidad. Ahora yace en ruinas lo que una vez fué un sueño de la humanidad hecho realidad, y en sus restos se cometen los actos más bárbaros, atroces y malvados que nunca jamás su último y verdadero rey, Terenas Menethil II, podría haberse imaginado.
Ahora, con el Rey Exánime muerto, y el poder de el Azote de los Muertos vivientes totalmente diezmado, los restos que quedan serán totalmente destruídos, y las tierras podrán volver a ser habitadas, retomadas por sus legítimos dueños. Los Renegados, antigüos y actuales residentes de Lordaeron proclaman esa tierra como suya, y el Reino de Ventormenta y sus principados, ciudades y pueblos anexionados tras la caída de el linaje Menethil, proclaman que pertenece a la Humanidad, a la Alianza, y no a los renegados y a la Horda.
¿Quién vencerá en ésta carrera por ocupar y controlar unas tierras que ambas partes proclaman como propias? Sólo hay una manera de averigüarlo, sólo hay un camino para despejar las dudas.
El camino de la GUERRA.
Las tabernas y las calles de todas las ciudades Capitales comienzan a traer rumores sobre algo que da miedo hasta decir... con la guerra en Rasganorte finalizada, con la victoria sobre el Rey Exánime, los tiempos de paz parecían inminentes... pero... no es así. La Alianza y la Horda no han hecho más que reavivar el fuego del odio y la venganza en éste último conflicto, y ya que un objetivo ha sido eliminado, ahora hay uno nuevo.
Se habla entre susurros, casi como con miedo, hablando en bajo, en rincones oscuros, se habla de una nueva Cruzada para retomar las tierras del norte... se habla de un movimiento masivo, a escalas gigantescas, sobre nobles que quieren conquistar tierras en el norte, para quitárselas de las manos a esos nobles muertos vivientes y volverse más ricos e influyentes, se habla de mercenarios que escuchan éstas ofertas y se unen a la nueva Cruzada, se habla de ordenes militares y sagradas que quieren servir a su patria, recuperando la joya de la humanidad del norte, para restaurar su brillo y gloria pasada.
Se habla de una nueva Cruzada... y entre temor, expectación y excitación por la Guerra... las bocas se llenan con el siguiente nombre...
LA CRUZADA POR LA CORONA ENSANGRENTADA
Desarrollo del evento[]
Se convoca a los ejércitos conjuntos de las hermandades en Ventormenta, que acuden en masa, para partir a luchar contra las fuerzas de la Horda. La Orden del Alba de Plata está entre ellas, con la salvedad que parte antes para establecerse en el Orvallo. En su camino, son asaltados en Andorhal por los restos de la Organización radical de la Plaga Nova Umbrael, producto de Portatus Ex Pest, que logran retrasarles lo suficiente como para no poder llegar a tiempo a la Campaña del Este. Posteriormente se les acusa de deserción de la batalla pero ningún tribunal les juzga.
Mientras grandes efectivos de la Horda sabiendo de las intenciones de la Alianza de apoderarse de las Tierras de la peste del este, se congregan en dicho lugar esperando su llegada. Los ejercitos de la Alianza llegan a la tierra apestada y realizan un ataque relampago sobre las cuatro torres, cogiendo totalmente desprevenidos a los efectivos de la Horda. Un dia mas tarde la Horda con ansias de venganza se reagrupa y comienza asaltar las torres que la Alianza tomo durante su ataque, la lucha se hace mas agotadora, las torres van pasando de un bando a otro hasta que cesa el combate para recuperar fuerzas en ambos bandos. Transcurridos unos dias los combates se reanudan, pero esta vez la Alianza cada vez mas presionada por las fuerzas de la Horda debido a las deserciones que han sufrido en estos dias acaban perdiendo el control de las torres.
Dias despues el comandante de la Alianza viendo la situacion insostenible ordena una total retirada a todos los ejercitos, dando la victoria a la Horda en las Tierras de la peste del este. La campaña de la corona ensangrentada termina con una gran derrota para la Alianza
Bando de la Horda
La Horda, enterandose por misivas de sus espias que la Alianza se esta preparando para invadir las Tierras de la Peste organiza en los Claros de Tirisfal una reunión auspiciada por el clan militar Sangre de la Horda. En dicha reunión se acabara formando la TODH (Tratado Ofensivo-Defensivo de la Horda), por el cual un gran numero de guerreros o clanes más pequeños se adhieren a las fuerzas de contención de la Horda y parten a las Tierras de la Peste del Este.
Pese a que en los primeros combates la TODH sale derrotada e incluso su campamento es descubierto y hecho cenizas. Con el tiempo logran recuperar una de las torres de la zona, pero en una de sus incursiones el Señor de la Guerra Bordruk es acorralado por la Alianza, la cual le persigue hasta dejarlo gravemente herido.
La Alianza, creyendo al comandante enemigo muerto, se retira para reorganizarse y formar un contraataque, tomando de nuevo todas las torres.
Con el comandante de la Horda desaparecido las fuerzas de la TODH renuevan sus ansias de lucha y poco a poco van derrotando costosamente a las fuerzas de la Alianza, que van sufriendo deserciones y acaban por tener que abandonar el lugar.