Boyka Maze
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Información del personaje | |
Apodo | Boyka, Boy, Jefe |
Título | Yowl, el ultimo de los Lobos |
Género | Masculino |
Raza | Humano |
Edad | 38 Años |
Clase | Guerrero |
Alineamiento | Legal Bueno |
Ocupación | Tabernero |
Lugar de nacimiento | Ciudad Capital de Lordaeron |
Residencia | Ciudad de Ventormenta
Barrio de los Magos |
Afiliación | -Ejercito de la Alianza
-La Cruzada Argenta |
Antigua afiliación | Alba Argenta
Los Lobos de Gladius |
Estado | Vivo |
"Nos llevaron a la guerra con el falso sueño de que volveríamos con la gloria y seriamos héroes, pero lo único que encontramos fue la fría muerte y lo único que traje a mi regreso fue desolación"
Historia - Trasfondo[]
El amado hijo de los Maze[]
Nacido de Vladimir y Ellena Maze, Boyka estaba destinado a ser quién uniría a una familia dividida por la política, por lo que prontamente se tuvo esperanzas en él, siendo el único hijo varón de ambas familias, de que llenaría de honor a su gente y a su reino. Pero sus inicios fueron oscuros, ya que al poco tiempo de nacer, su madre fallecería a causa de una terrible enfermedad, dejando solo a Boyka y a su padre, quién trato de la mejor manera de educar al niño.
Segun Boyka, Vladimir era hosco y bruto, pero tenía un corazón admirable y una inmensa devoción por la Luz, además de adorar andar a caballo. Momento que ambos compartían seguido, quizás el único que compartían.
Toda su familia lo adoraba, en especial sus abuelos maternos Fitto y Elma, quienes daban su vida por su adoradisimo nieto de ser necesario y quizás por ello, cuando la Segunda Guerra estalló, Vladimir decidió dejar al pequeño a su cargo hasta su regreso, pero él jamas regreso.
El pequeño tabernero y el amor[]
Su infancia y adolescencia con sus abuelos fue feliz, ambos lo adoraban y trataban de darle lo mejor que podían, enseñándole sobre el sacrificio, la humildad y el respeto, así como a valorar al otro sin importar el aspecto y a mantenerse tranquilo aun en los peores momentos; la Luz nos ilumina a todos por igual, le decían. Boyka creció admirando a su abuelo y cada vez que el anciano le pedía ayudar en la taberna, el pequeño corría con él. Así Boyka aprendió sobre el noble oficio de cantinero y también a cocinar, arte para la cual tenía un don nato.
Durante este tiempo también, conoció a una joven muchacha de nombre Salem, con quién comenzó una pequeña y fugaz relación, hasta que ella volvió a su reino de origen, Ventormenta. Esta repentina separación represento un duro golpe para él y entonces fue su abuelo quién lo ayudo, dándole una frase que perduraría en su mente por siempre.
"Cuando ames, hazlo con fuerzas, Boyka. Porque el amor es nuestro don más grande y cuando sea verdadero, verás que romperá distancias"
El Alba Argenta[]
Habiendo cumplido ya la mayoría de edad, Boyka decidió presentarse como voluntario al Alba Argenta, orden de la
que su padre había hablado mucho y por la cual, él se sentía motivado a luchar y a compartir la creencia en la Luz. Sus primeros años allí fueron fantásticos, logró hacer muchos amigos y a pesar de no ser un prodigio ni el primero de la clase, logró superar cada entrenamiento y prueba gracias a su voluntad y a su inmensa fe.
Solo unos años después de haber ingresado, fue cuando vio a Sir Gladius, un conocido Paladín dentro del Alba, quién solicito encarecidamente entrenar al muchacho y ante la negativa del Alba, propuso entrenarlo cuando este acabase su trabajo con ellos, trato que las autoridades aceptaron y Boyka vio con alegría un futuro como un gran Paladin.
"Que facil es soñar cuando uno es un jovencito"
La Tercera Guerra y la desolación[]
Durante la invasión y destrucción de Lordaeron, Boyka apenas era un escudero y aprendiz de paladin, por lo que tanto él como su maestro decidieron que para su seguridad, debían permanecer en los alrededor del reino, escoltando sobrevivientes fuera de la destruida ciudad. Y, ante la destrucción de Dalaran, ambos comprendieron que esto los superaba ampliamente, por lo que también emprendieron una retirada hacia Ventormenta, llevando un gran grupo de sobrevivientes de Lordaeron.
En estos momentos, Boyka tuvo la horrible experiencia de enfrentarse con varios amigos suyos, algunos no habían sobrevivido a la batalla en Esperanza de la Luz y otros habían estado desaparecidos durante meses, pero allí estaban, convertidos en putridos ansiosos de destrucción. Y esta vez, le tocaba a él salvarlos, aunque esto significará aniquilarlos.
Una vez más, la Luz parecía haberse esfumado, solo había oscuridad, muerte y destrucción a su alrededor.
Los Lobos de Gladius[]
El tiempo en Ventormenta fue bastante extraño. Tras la derrota de la Legión Ardiente en Hyjal, estalló pronto otra
guerra en las Tierras Devastadas. Una vez más demonios, una vez más la muerte y desolación. Pero, esta vez Boyka estaba mejor preparado; nombrado Paladín unos meses antes, él y un grupo de jovenes promesas se unieron bajo el mando de Sir Gladius en una pequeña orden llamada "Los Lobos de Gladius" donde cada uno de ellos recibía un apodo. El suyo fue Yowl.
Aqui también debe mencionarse que Gladius se reveló como el hermano de su madre, siendo Boyka su único sobrino y único pariente vivo de la familia. Esto no se hizo más que afianzar la buena relación que ambos tenían, como si Gladius fuese su padre y él, su hijo amado.
El Ataque de la Plaga a Ventormenta los tomó por sorpresa, pero aun así resistieron con sus poderes y su fuerza. Los Lobos de Gladius fueron temidos por los pútridos y alcanzaron una gran fama por su gran capacidad de combate con la Luz y sus habilidades para motivar a los soldados, siendo Yowl (Boyka) una de las figuras más importantes dentro de los mismos, a quien muchos admiraban y comenzaban a comparar con su difunto padre, Vladimir Boyka "El Implacable".
El Frio de la muerte[]
Partieron hacia Rasganorte soñando con ser héroes, con un futuro libre de la Plaga y con los reinos de Azeroth en paz; pero todo acabo a los pocos días de tocar tierra. Interceptados por las fuerzas del Rey Exanime, Los Lobos de Gladius cayeron en combate, todos y cada uno de ellos, inclusive Sir Gladius fue masacrado. Siendo Boyka, el unico sobreviviente y testigo de la masacre de esa fría noche.
Hacía solo unas horas había cenado y reído con esas personas que ahora gritaban y exclamaban piedad mientras
eran asesinadas, torturadas y masacradas por el ejercito de muertos. Hasta que el silencio se hizo presente en el campo de batalla, solo rompiéndose ante el sonido de los muertos alimentándose de los restos de sus compañeros.
Solo la llegada tardía de los refuerzos de la Cruzada Argenta detuvo a los pútridos y Boyka fue llevado a la base argenta, donde por días y noches, no comió ni pudo dormir. Aun escuchaba los gritos y las imágenes del campo lo atormentaban, día a día, noche tras noche.
Solo, abandonado por la Luz y en un estado de desolación absoluta, Boyka Maze "El Ultimo de los Lobos" desapareció por meses, ni siquiera acudió a recibir su medalla tras la victoria en Rasganorte, ni tampoco le importo que su nombre quedará escrito en los grandes libros de héroes de la Alianza. Había perdido todo y un trozo de hierro no iba a hacerlo ser feliz, ni tampoco una página en un libro.
Nada lo haría ya.
El ultimo aullido de Yowl[]
Meses viviendo como rata, abandonado en las calles de Ventormenta y comiendo solo lo que le entregaba la humildad de los transeúntes, Boyka Maze, a quién habían aclamado como el gran Yowl, no era menos que un mendigo, un hombre despojado de todo valor y de su fe. Algunos lo creían muerto, otros simplemente hacían caso omiso de él.
Y no fue hasta el Cataclismo, que se volvió a escuchar su aullido.
Durante el asedio de Alamuerte a Ventormenta, Boyka consideró que era su momento de arrojarse a las llamas y terminar con su sufrimiento; pero, mientras deambulaba por la ciudad, buscando algún edifico incendiándose, vio a una pequeña niña caer a los canales. Quizás hubiese sido mejor seguir su paso, pero algo en él obligó a que saltase y rescatase a la pequeña, a pesar de sus mermadas fuerzas físicas. El nombre de la pequeña era Enna y cargaba en sus brazos lo que parecía ser un pequeño conejo de color blanco.
Algo en la mirada de la niña y en su llanto hicieron a Boyka entrar en razón; era muy pronto para rendirse. Empapado y cojeando un poco, él envolvió a la niña con sus harapos y la llevo hasta los cuarteles de la ciudad, donde los civiles se refugiaban. Allí trató de calmarla y le prometió una y otra vez que encontrarían a sus padres, que estaban bien y que la buscaban. Él estaba demasiado acostumbrado a los finales malos y sabía que era imposible que alguien más hubiese sobrevivido a esa catástrofe. Pero, quizás la Luz, quizás el destino... le hicieron ver lo equivocado que estaba; apenas unas horas después de salvar a la niña, encontraron a sus padres, quienes se abalanzaron sobre la pequeña y sobre Boyka, quién quedo petrificado ante la escena y solo pudo echarse a llorar.
Por primera vez en su vida, había logrado un final feliz. Por primera vez, algo había estado bien... quizás este era su camino, el de volver a intentarlo, el de no rendirse. Pese a que el dolor de sus perdidas jamas se iría, podría ayudar a que otros no sufrieran ese dolor.
Boyka Maze, el tabernero[]
Ayudado por la familia de la pequeña que había salvado, Boyka trató poco a poco de recuperar su vida, trabajando como tabernero y posadero en varias tabernas a lo largo de Reinos del Este, donde gracias a su habilidad, consigue acumular un buen dinero y compra una pequeña estancia en Thelsamar, pequeño poblado enanico. Gracias a su amistad con los enanos y a su conocimiento de artes químicas (Boyka siempre tuvo admiración por las armas de fuego y por el trabajo con la pólvora) consiguió mantener un pequeño pero estable negocio de venta de armamento y bebidas en dicho poblado. Y, poco a poco, volvió a tomar una espada y practicar en Forjaz, aunque sus habilidades se habían reducido a las de un principiante.
Pero, sin tiempo para dormirse en los laureles, Boyka sufrió junto a los enanos las invasiones demoniacas en Dun Morogh, este era su nuevo hogar y debía defenderlo de alguna forma, a pesar de sentirse inútil e incompetente.
Fue entonces cuando decidió presentarse de nuevo en Esperanza de la Luz, lugar olvidado en su adolescencia. Allí fue recibido con los brazos abiertos y tras largas charlas con los miembros del clérigo, Boyka vio futuro en su vida, no había perdido toda su fe y no podía perderla ahora que su hogar ardía; ya lo había visto caer antes... no podía pasar de nuevo. Por lo que, aun siendo un humilde tabernero, se presentó a la milicia y luchó contra las invasiones demoníacas utilizando sus poderes sagrados y su habilidad recuperada con la espada.
El regreso de Yowl, el ultimo de los Lobos[]
Consumada la Guerra contra la Legión, Boyka volvió a su oficio como tabernero y cocinero, pero con el presentimiento de que algo no iba bien, de que las cosas no podrían haber terminado tan fácilmente. Y cuando supo sobre la Quema de Teldrassil y la decisión de recuperar Lordaeron, confirmo sus rumores: una nueva guerra había comenzado, una que devastaría a ambos bandos y que había sido iniciada por la avaricia de una sola persona. De un monstruo, un monstruo más que debía ser detenido.
Tras meditarlo por demasiado tiempo y aun rechazando completamente el derramamiento de sangre innecesario, Boyka volvió a postularse en el Ejercito de la Alianza, donde fue reconocido por las autoridades y aceptado casi de inmediato. Era el regreso de Yowl, el ultimo de los Lobos y si bien Boyka jamás volvió a usar ese nombre en combate, sabe de su reputación y por ello comunmente evita reunirse con sus camaradas en Boralus y apenas termina su guardia como Auxilar, vuelve a Ventormenta, donde ansía continuar con su trabajo...
"¿Por que lucho? Porque ya he visto caer a mi hogar una vez y no podré soportar verlo caer de nuevo, no si puedo hacer algo por él"