Baldrín Ventfort
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Información del personaje | |
Servidor | Los Errantes |
Título | Caballero |
Género | Masculino |
Raza | Humano |
Edad | 23 años |
Clase | Soldado |
Alineamiento | Legal Neutral |
Ocupación | Caballería de la Guardia Oeste |
Lugar de nacimiento | Abadía de Villanorte, Bosque de Elwynn |
Residencia | Fortaleza de la Guardia Oeste |
Afiliación | Reino de Ventormenta, la Alianza, la Guardia Oeste |
Estado | Fallecido |
Trasfondo[]
Orígenes
https://www.youtube.com/watch?v=qsALcjs6pt0
Baldrín nació como fruto de uno de tantos breves pero intensos romances que dan los conflictos armados, en su caso la Segunda Guerra, que enfrentó a la recién formada Alianza de Lordaeron contra los invasores de la Horda Orca de Martillo Maldito.
Su padre, Sir Balandrín Ventfort, era uno de los jóvenes jinetes de la Hermandad del Caballo del por aquel entonces destruido Reino de Ventormenta y por lo tanto uno de los soldados del ejército personal de Anduin Lothar. Se había cubierto de gloria durante la contienda y finalmente llegó el momento de la verdad que habría de decidir la guerra: El Asalto a la Montaña Rocanegra. Fue en la noche previa a la batalla cuando Sir Balandrín yació con una de tantas meretrices que acompañaban a la hueste de Lothar, Sabrina, y de ahí, con el tiempo, acabaría saliendo Baldrín.
A la mañana siguiente, aquellos hombres combatieron en primera línea contra los Orcos, encargándose de proteger el flanco de Lothar. Tras horas de lucha, cubiertos por la sangre negra de los Pielesverdes y con numerosas bajas, Sir Balandrín acabaría encontrando la muerte en combate a manos de un gigantesco Ogro, no sin antes causarle heridas mortales.
Una vez terminado el conflicto y ya empezando la reconstrucción del Reino de Ventormenta, Sabrina, no teniendo recursos, familia a la que acudir, ni ganas de seguir ejerciendo el oficio con un hijo en camino (en un estado avanzado para el parto, por desgracia demasiado), acabaría pidiendo asilo y ayuda en la de nuevo erigida Abadía de Villanorte, donde daría a luz con mucho esfuerzo al pequeño.
Lamentablemente no todo salió bien aquella noche, y ni siquiera la ayuda de los Clérigos fue suficiente para salvar la vida de la mujer, que falleció sin remedio, no sin antes darle nombre a su hijo, uno semejante al de su padre: Baldrín, que sería adoptado en la Abadía y allí le cuidarían en los años venideros.
El Bosque de Elwynn y la Guardia de Ventormenta[]
https://www.youtube.com/watch?v=98BAwfBlzCY
La infancia de Baldrín en Villanorte fue apacible y el chico pronto se labró su camino ayudando a sus vecinos, acabándose por hacer amigo de la mayoría de los retoños de las familias de la región, como los Osworth, encargados de los Viñedos.
Sin embargo, ya adolescente y habiendo explorado todos y cada uno de los rincones del Valle, una oportunidad se le presentó. El nuevo Alguacil, un tal McBride, llegó una mañana y habló sobre las amenazas a las que el Reino se enfrentaba, como Gnolls o la recién formada Hermandad Defías. Lejos de disuadirlo, el muchacho decidió alistarse en la Guardia de Ventormenta para hacerles frente y una vez se despidió de sus vecinos partió hacia el sur, más allá de Villadorada, rumbo al Cuartel de Arroyoeste, donde se le daría instrucción militar.
Pasaría varios años sirviendo como Guardia fronterizo y de caminos a lo largo y ancho del Bosque, enfrentándose tanto a las amenazas que le mencionó el Alguacil el primer día como a muchas otras que iban brotando, ascendiendo al bajo escalón de la oficialía.
Pronto se le presentaría una nueva aventura, otra ocasión aún mayor para demostrar su valía hacia la Corona y la Casa Wrynn.
El Fiordo Aquilonal y la Guardia Oeste[]
https://www.youtube.com/watch?v=FaUG7ZbN42s
Con el estallido de la Guerra contra el Rey Exánime en el gélido norte, a muchos de los soldados del Reino de Ventormenta se les ofreció la oportunidad de unirse a la recién formada Expedición de Denuedo que habría de marchar a luchar y colonizar aquellas tierras ahora tan lejanas y míticas.
Baldrín estuvo entre los interesados y se alistó junto a varios de sus compañeros del Bosque de Elwynn, siendo destinados a una subdivisión de la fuerza expedicionaria conocida como la Guardia Oeste, que sería la encargada de marchar hacia un lugar conocido como el Fiordo Aquilonal. A los nuevos reclutas de la Guardia Oeste se les asignó al barco rompehielos correspondiente que les llevaría a ese nuevo continente.
Tras la larga travesía donde aquellos que serían parte de la futura Guardia Oeste pudieron conocerse unos a otros y entablar amistades, el rompehielos tomó tierra y se produjo el desembarco, tras el cuál se fundarían o retomarían las colonias de Valgarde, la Fortaleza de la Guardia Oeste y el Fuerte Vildervar.
Pronto empezaron los combates con los nativos y fue tarea de la Guardia Oeste enfrentar a los semigigantes conocidos como Vrykuls que brotaban por todo el Fiordo, en concreto los establecidos en el lugar conocido como Skorn.
Bajo el mando del Capitán Adams, Baldrín fue destinado como soldado de Infantería a varias de las escaramuzas que se dieron contra los bárbaros en los bosques que rodeaban la Fortaleza de la Guardia Oeste, logrando ascender y ser asignado a la unidad de Caballería, con el correspondiente título de Sir (como antaño ostentara su padre) y donde se libraría una reputación tanto positiva como negativa.
La razón de esto se debe a que con frecuencia su unidad se metía en cargas temerarias y a menudo demasiado arriesgadas cuándo tenían orden contraria,
desobedeciendo a los mandos y poniendo de los nervios a Adams. Los resultados de esta hambre de gloria eran variados, pues a menudo las bajas se multiplicaban con consecuencias nefastas para las siguientes ofensivas, mientras que en otras ocasiones se libraban de los castigos debido a que gracias a esta imprudencia, contra todo pronóstico, acababan salvando situaciones que en un principio podían parecer perdidas de antemano.
Con la caída del Rey Ymiron la situación bélica en el Fiordo Aquilonal se tranquilizó levemente y los enfrentamientos contra los Vrykuls empezaron a ser menos frecuentes. O eso parecía.
Nuevas batallas[]
https://www.youtube.com/watch?v=4x1c3uPk1E4
Pasó un tiempo tras la derrota de los Vrykuls en la Fortaleza de Utgarde hasta que la lucha se llevase al corazón del Glaciar Corona de Hielo, produciéndose la caída del Rey Exánime, que aparentemente pondría fin a la Gran Guerra de Rasganorte.
Una vez sucedió esto, el Rey Varian Wrynn permitió el regreso de la victoriosa Expedición de Denuedo a sus hogares en el ahora lejano pero para muchos tan añorado Reino de Ventormenta. Baldrín no fue de los que volvieron a casa, así como tampoco la inmensa mayoría de sus compañeros de la Guardia Oeste, que habían establecido grandes lazos de amistad entre ellos desde que se conociesen aquel día tan lejano a bordo del rompehielos. Habían ganado aquella inhóspita, y a pesar de todo, hermosa tierra, con su sangre y se mostraron dispuestos a mantener la Fortaleza como una de las colonias de la Corona en Rasganorte.
Daba la impresión que finalmente se lograría pacificar y civilizar aquella tierra sin muchos más problemas. El mismísimo Capitán Adams, que en su día había participado en varios de los conflictos más sangrientos contra los Vrykuls de Skorn se relajó en esta temporal atmósfera de seguridad y las comilonas y borracheras que se producían con frecuencia en su mesa eran dignas de leyenda.
Leyenda... pronto se consideró a sí mismo un héroe conquistador digno de alabanzas, dedicando parte de los recursos de la Fortaleza a reflejarlo.
Sin embargo, Baldrín continuaba sin ser del agrado del Enano, ahora también conocido como "El Petit Cabrón", pues era de aquellos miembros de la Caballería en los que menos confiaba y no dejaba de recordarle las bajas que se podrían haber ahorrado si hubieran seguido sus órdenes al pie de la letra (aunque en honor a la verdad, a veces se consiguió justo eso desobedeciéndole).
Pero esta paz tenía los días contados y la fecha señalada para volver a tomar las armas masivamente fue el despertar de un caudillo Vrykul sediento de sangre conocido como Rey Isgerdur y no precisamente lejos, pues se había asentado en Gjalerbron con un ejército de tamaño considerable, sembrando el caos por las aldeas más al norte del Fiordo Aquilonal.
Baldrín fue de los primeros que se ofreció en la Fortaleza para dirigir una fuerza de castigo que lograse acabar con esta amenaza, o por lo menos contenerla el tiempo suficiente hasta que llegase ayuda proveniente de las demás colonias que poseía la Alianza en Rasganorte, o de los aún más lejanos Reinos del Este.
"El Petit Cabrón" sonrió y negó con la cabeza, jurando que debido a la insolencia
y desacato que había demostrado una y otra vez contra los Vrykuls, antes que darle a él el mando de las fuerzas que se enfrentarían a Isgerdur ya había encontrado un mejor candidato para ello, un supuesto "estratega de renombre" proveniente de Ventormenta que sería el encargado de la campaña.
Y así fue, Baldrín, pese a sus quejas iniciales, no tuvo más remedio que tragarse su no poco orgullo y obedecer a aquella (pues al final resultaría ser una mujer) nueva enviada de la Corona que a partir de ahora sería su superiora directa.
La guerra volvía a presentarse para los soldados de la Guardia Oeste, con toda su gloria:
¡A las armas!
La Guerra de los Fiordos[]
https://www.youtube.com/watch?v=KMR9KEtVKGg
El Rey Isgerdur a pesar de ser la más inmediata, no era después de todo la principal amenaza. Fue la recién llegada Jesabela Rocarena la que explicó a los mandos de la Fortaleza de la Guardia Oeste, estando también presentes el sacerdote Alfdaen Hathore y Baldrín, una increíble historia en la que aseguraba que éste había despertado gracias al poder del legendario artefacto conocido como el Cuerno de Isen (ahora bajo el poder de un Señor de la Guerra de los Trols Drakkari conocido como el Emperador Zhuul) y que no era más que un peón de éste, estando la principal amenaza asentada en los Trols Colinas Pardas y Zul'Drak. El Emperador tenía un propósito firme que uniría tanto a Trols como a Vrykuls: Venganza. Desataría un genocidio hacia la raza humana en Rasganorte, colonos y Hombres del Norte por igual.
Baldrín ofreció una vez más (esta vez a Jesabela Rocarena) el envío de una fuerza a Skorn que lograra interceptar el avance de las tropas de Isgerdur, para así encerrarle en Gjalerbron y poner un fin temprano a la Guerra de los Fiordos, siendo su idea la de avanzar raudo hacia el Norte y descabezar al Emperador cuánto antes. Esta propuesta le fue negada, siendo enviado a asegurar las islas de Komawa y Cabo Pillastre, donde debería reunir apoyo tanto de Colmillarr como de Corsarios para la causa de la Alianza.
Pasaron unos cuántos días hasta que Baldrín volviese a la Fortaleza de la Guardia Oeste, donde Jesabela Rocarena, al mando de sus Mercenarios, algunos Regulares y varios Colmillarr recién llegados, partió a Gjalerbron junto a Alfdaen Hathore, logrando una victoria aplastante contra los Vrykul que lejos de parapetarse, habían salido a su encuentro, regresando con la cabeza de Isgerdur. El ejército de la Alianza partiría el día siguiente a Skorn para masacrar a los Vrykul restantes, encontrándose con otras dos pequeñas huestes de Hombres del Norte, y una cuarta, la Caballería restante de la Guardia Oeste que Baldrín dirigió en una maniobra de flanqueo, cerrando el paso al enemigo e impidiendo la retirada de los guerreros Vrykul, que fueron masacrados hasta el último de ellos sin piedad alguna.
Avance por las Colinas Pardas[]
https://www.youtube.com/watch?v=5IV1ekaMKyc
Justo una semana después de la toma de Skorn, los barcos de la Guardia Oeste partieron rumbo a las Colinas Pardas, tomando tierra en Bahía Ventura, dónde a Baldrín le fueron encomendadas un buen número de las fuerzas desplegadas de la Alianza entre Regulares, Mercenarios y Colmillarr. Dicha hueste a la que se sumaría Alfdaen Hathore y un mago de batalla del Kirin Tor, remontó el río camino a Refugio Pino Ámbar con órdenes de proseguir al día siguiente la marcha hacia la Fortaleza de Drak'Tharon y detener a la temida Señora de la Guerra Trisha Lanzanegra, una vieja y declarada enemiga de la Alianza a la que había que parar los pies y llevar ante la justicia por su pasada y presente situación, pues ahora servía al genocida Emperador Zhuul, persiguiendo al parecer los mismos objetivos que éste.
Ya en el Refugio Pino Ámbar y tras despachar a un maleducado emisario de los Hombres del Norte que
aseguraba que se negarían a compartir el rico lugar conocido como Fauceparda con la Alianza, Baldrín ordenó acampar a sus efectivos, que fueron bien recibidos por los colonos del lugar, teniendo éstos esperanzas y rogándoles que detuviesen cuánto antes a los invasores Trols, pues ya se rumoreaba las barbaridades que estaban cometiendo en la recién sometida población de Arroyoplata y siguiendo el río, el Refugio Pino Ámbar sería el siguiente.
La noche previa a la batalla, Baldrín paseó entre los hombres que comandaría, hablando con cada uno de ellos y procurando avivar todavía más la no poca confianza del ejército (realmente la moral estaba por las nubes), totalmente seguros de que la Luz estaba de su parte.
Hecho esto y transcurridas unas horas en las que Baldrín supuestamente desapareció internándose en el bosque, varios de los colonos del Refugio Pino Ámbar aseguran que le vieron retirarse a su tienda de campaña en compañía femenina, aunque no logrando identificar a la susodicha, probablemente una forastera o quién sabe si una vieja conocida de Baldrín...
Muerte en batalla[]
https://www.youtube.com/watch?v=oRTClnpbLHI
Con la llegada de Jesabela Rocarena al Refugio Pinoámbar que dió el visto bueno para que las tropas marchasen, Baldrín se dirigió a la vanguardia de la hueste aliada (a la que se había sumado un Caballero procedente de Stromgarde llamado Zirst, ansioso al parecer por batallar contra Trisha Lanzanegra) rumbo a Arroyoplata, encontrándose por el camino los
supuestos resultados del saqueo y pillaje desenfrenados de los incursores Trols hacia los colonos de la zona más septentrional.
Una vez ante las puertas de la fortificada Arroyoplata y viendo el escenario de cadáveres colgados de los lugareños que se habían negado a colaborar con Trisha Lanzanegra, el ejército de la Alianza se desplegó ordenadamente para presentar batalla a los Trols. La Infantería se posicionó al frente con Alfdaen Hathore, los Coyotes Negros con sus armas a distancias (que no eran del gusto de Baldrín, pero en fin, después de todo eran mercenarios, ¿qué se podía esperar de ellos?) atrás junto con el Mago de Batalla del Kirin Tor y por último la Caballería en los flancos, tomando Baldrín el derecho y el Caballero Zirst el izquierdo.
La batalla no tardó en empezar, y fue mediante las descargas de los Coyotes Negros y el Mago de Batalla del Kirin Tor como respuesta a los bramidos de los sedientos de sangre y enfervorizados Trols, que parapetados tras los muros de la sometida Arroyoplata lograron evitar la lluvia mortal. Acto seguido se abrieron las puertas de Arroyoplata, y para sorpresa (y desgracia) de Baldrín y los aliados no fue Infantería lo que en un principio salió... sino Trols a la carga con explosivos, una estrategia propia de locos y salvajes sin honor alguno, digna de alguien de la reputación Trisha Lanzanegra. Fue gracias a estos fanáticos suicidas que los Trols se llevaron la iniciativa y la victoria, pues se inmolaron en buen número cuando llegaron a la muralla de escudos de la Infantería, desintegrándola y causando graves daños, desatando el caos en el ejército de la Alianza. Rompiéndose la disciplina inicial, muy mermados ya por las explosiones y bajas que no habían tenido forma de evitar, los soldados de la Alianza empezaron a ser rodeados por los Portaescudos Trols que salían en tropel.
Baldrín no estaba dispuesto a caer (o mucho menos huir) sin luchar y poniéndose al frente de la Caballería y lo que quedaba de la destrozada Infantería de la Alianza, lejos de retirarse se armó de valor y lanzó hacia delante en una carga final, buscando entablar combate con Trisha Lanzanegra, que seguía resguardada por sus brutales Trols. La valerosa carga resultó ser en vano, los Portaescudos Trols simplemente eran ya demasiado superiores en número como para causarles daños y pronto lo que restaba del ejército de la Alianza fue aniquilado, estando rodeado y superado por todos lados.
Alfdaen Hathore, el Mago de Batalla del Kirin Tor, el Caballero Zirst y Baldrín eran todo cuánto restaba con vida del ejército de la Alianza y fue entonces cuándo Trisha Lanzanegra salió de entre sus guardianes y les hizo la propuesta de retirarse y así salvar sus vidas. A pesar de que el Caballero Zirst sería capturado y Alfdaen Hathore y el Mago de Batalla del Kirin Tor pondrían pies en polvorosa ante el panorama, Baldrín se negó en rotundo a escapar de ella y desafió a la Señora de la Guerra a un duelo a muerte, ella contra él, quizá esperando encontrar en la salvaje algo de honor o valor (¡cosa que realmente nunca te puedes esperar de un bárbaro!). Ni qué decir tiene que la Trol se negó en rotundo al duelo propuesto por el Caballero, pero esto no importó a Baldrín, que cargó hacia Trisha Lanzanegra buscando
el combate, ahora que por fin la tenía a su alcance.
Baldrín no alcanzó su objetivo, siendo abatido por las flechas de los arqueros Trols y fue la propia Trisha Lanzanegra que le despojó de su yelmo y le remató de una flecha en la garganta, poniendo fin así a la vida del Caballero, que moriría como siempre había querido, en batalla, aunque no en el duelo que había esperado.
Ya en el suelo y herido mortalmente, el joven Caballero cerró los ojos sonriendo y murió ahogado por su propia sangre. Había crecido, madurado, luchado y finalmente muerto como hombre leal a su código, sus ideales y su Fe, jamás en su vida huyendo o dando un solo paso atrás por muy oscura y desesperada que fuese la situación (algo que pocos podían igualar, ¿no?). Una vida digna y libre. Siempre adelante.
Su honor estaba intacto y por lo tanto era hora de ir con la Luz...
Apariencia[]
Baldrín posee una estatura considerable, sin llegar tampoco a la de los que él considera "incivilizados" vecinos, los Hombres del Norte. Se ha preparado físicamente desde que empezara su instrucción militar aquel lejano verano en el Cuartel de Arroyoeste, notándose este hecho y aún imponiendo más debido a que casi siempre suele ir embutido en su uniforme de placas de la Guardia Oeste con su larga capa azul.
A pesar de su larga temporada en el Fiordo Aquilonal, su piel sigue estando considerablemente bronceada debido a todo el tiempo que pasó en el apacible y soleado Bosque de Elwynn. Normalmente llevará la melena de pelo castaño sujeta por una cinta de color azul, teniendo los ojos de este mismo color.
Carácter[]
Debido a su porte y paso algo soberbios, siempre marchando con la cabeza bien alta y mirada entusiasta, Baldrín podría parecer una persona creída, y sí, lo es en parte, orgulloso por pertenecer a la Guardia Oeste y sus servicios a la Corona.
Aunque algo terco al principio, es fácil entablar amistad con él, y pronto se dará a la broma si tiene la ocasión. Las historias de gestas, el vino y los largos paseos a caballo son algunas de sus aficiones, entre muchos otros.
Mantiene viva la Fe teística en la Luz Sagrada que se le inculcara en su infancia en la Abadía de Villanorte, considerándola como la auténtica Religión a seguir y tomando a todo aquel que no lo haga por un infiel que podría traer problemas, sobretodo tras llegar a sus oídos lo que ocurrió en el Reino de Lordaeron y el Culto de los Malditos, del cuál se rumorea que podrían tener infiltrados entre la población civil de las colonias de la Corona en Rasganorte, como ocurrió en la Fortaleza de Denuedo en su día.