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Baelgrim Yunquenegro
Imagen de Baelgrim Yunquenegro
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Apodo Mataorcos (llamado así por algunos soldados Hierro Negro), Negro (llamado así por algunos amigos)
Título Thane del clan Yunquenegro, general, Senador de Forjatiniebla y Forjaz, Compañero, Señor de la Lava Risueña
Género Masculino
Raza Enano hierro negro
Edad 119 años
Clase Rey de la Montaña (Guerrero)
Alineamiento Caótico bueno
Ocupación Señor Feudal
Lugar de nacimiento Ciudad de Forjatiniebla, Montaña Roca Negra
Residencia Bastión Yunquenegro, Ciudad de Forjatiniebla
Afiliación Clan Hierro Negro, Khaz Modan, La Alianza, Séptima Legión, Ruta de Plata, Los Compañeros, Justicia del Acero
Estado Muerto

Baelgrim Yunquenegro fue un líder enano y Señor Feudal del clan Yunquenegro al servicio del clan Hierro Negro.

Era un enano recio, con un rostro dañado y marcado por las guerras. Su pelo al igual que su barba era rojo como el fuego. Una cicatriz le recorría desde el ojo derecho hasta el cuello.

Fue general en el ejército de Forjatiniebla y sirvió de senador de Forjatiniebla y Forjaz durante sus días activo. Participó en muchas batallas y sus manos se llenaron de sangre inocente, desde sus inicios como niño mimado de un clan noble hasta un curtido guerrero y lider de su propio clan. La historia de Baelgrim está llena de dolor pero también de alegría.

Trasfondo[]

Juventud[]

Baelgrim es el mayor de seis hermanos que nació en el seno de una familia noble de Forjatiniebla durante una noche de invierno de la Garganta de Fuego, donde su padre el Thane Branmyr Yunquenegro era un senador conocido por su astucia y su afán por vanagloriarse en frente de las masas. Su madre era una hechicera que encontraba placer en las artes de la brujería. Al haberse criado en un ambiente duro para un niño Baelgrim ya desde su infancia mostraba un carácter duro y fuerte, alimentado por la malicia de su padre quién le versó desde temprana edad en la escritura y la lectura. Desde que era bien pequeño ya había tenido contacto con la política Hierro Negro siendo instruido en las artes de la mentira y de las palabras. Su madre, en cambio, pasaba largas horas junto con su pequeño mostrándole su amor incondicional y transmitiéndole su pasión por las joyas y piedras que yacen en las profundidades de la tierra, un curioso contraste con sus artes viles y profanas que ejercía en soledad.

Aprendió a luchar pronto bajo la tutela de Aegrim Manonegra, el capitán de la leva de Branmyr, para criar no solo al heredero del clan, sino a un guerrero versado en el arte de la espada, del hacha, la maza y otras armas.

Una vez mientras acompañaba a su padre por la ciudad fueron atacados por varios enanos de familias rivales movidos por el deseo de sacar del tablero a su enemigo político. Este acontecimiento le sirvió para darse cuenta de que no tenía amigos ni a nadie en quién apoyarse, pues la sociedad Hierro Negro es oscura y traicionera.

Con sus hermanos pasaba la gran parte de su tiempo compartiendo juegos y causando los típicos problemas que unos niños de su edad harían. Con quien más tiempo pasó fue con su hermana Ghunil a quien más amaba de entre todos. Ghunil y Baelgrim eran dos caras de la misma moneda, una era paciente y calmada como el agua. La otra era intranquila y tosca como una avalancha descendiendo por la montaña. Ambos eran distintos y sin embargo estaban más unidos que con cualquier otra persona.

Frecuentaba las plazas y calles más concurridas de la ciudad de Forjatiniebla junto con su padre quién aprovechaba las salidas para mostrar a su hijo la vida en la ciudad. En su adolescencia conoció a Sieghamer, quien sucedió a Aegrim cuando este falleció por una enfermedad. Sieghamer no solo continuó con su entrenamiento sino que le enseñó a respetar a su enemigo y a no subestimarlo en la batalla. Entre ambos se forjó una profunda amistad que duraría hasta el final.

Adultez temprana[]

Tan pronto como cumplió la mayoría de edad su padre le envío al ejercito de Forjatiniebla al servicio de Thaurissan para culminar el entrenamiento. Baelgrim luchó en nimias escaramuzas a lo largo de la Montaña Roca Negra contra la Horda Oscura que a diferencia de los orcos de la Horda de Thrall, este ejército renegado permaneció avocado a los viejos ideales de la antigua Horda, incluyendo la adoración a los demonios y la depravada sed de sangre. Sus primeros años como soldado los ocupó atacando la cumbre de Roca Negra con el objeto de adueñarse de la montaña al completo ya que el perverso opresor del clan Hierro Negro, Ragnaros, estaba en guerra con el cruel y precavido hijo de Alamuerte, Nefarian. Largas fueron las batallas por el dominio de la montaña y grandes fueron las pérdidas en ambas facciones. La Horda Oscura defendía sus pasillos con tesón y acero mientras que los enanos Hierro Negro luchaban y avanzaban lenta pero constantemente al corazón del abominable reino del dragón negro. En todas esas batallas Baelgrim presentó combate y en todas ellas recibió golpes y tajos.

Baelgrim en Forjatiniebla

Baelgrim en Forjatiniebla

En una batalla consiguió su mayor victoria y hazaña hasta entonces. Los orcos cargaban contra los escudos de los enanos que estaban siendo arrinconados contra la pared de uno de los vastos pasillos de la Ciudad de Hordemar en la Cumbre de Roca Negra. Baelgrim tenía la misión de tomar con varios hombres una sala de la ciudad con motivos estratégicos de cara a la lenta expulsión de los sirvientes de Nefarian en la montaña. Baelgrim tenía órdenes de aguardar hasta que dieran la señal pero al recibir la noticia que sus hombres estaban siendo asesinados por los orcos accionó la palanca de la máquina topo en la que estaba y abrió un agujero en la pared justo detrás de los guerreros enanos, con valor cargó contra sus enemigos sin mostrar temor y seguido de los soldados alcanzó al capitán orco que acaudillaba las tropas en esa sección de Hordemar, Tarug Hacharecia, cortándole la cabeza y tomando esa sección de la ciudad. Aunque la victoria no duraría para siempre debido a que los orcos vinieron en auxilio del ya fallecido Tarug. Baelgrim contuvo a los orcos mientras que el resto de soldados se retiraban a una posición segura, aunque hubieran perdido el control de la estancia había mermado el ánimo y parte de las fuerzas de la Horda Oscura al aniquilar a uno de sus comandantes, sus acciones fueron recompensadas y ascendió en las filas Hierro Negro.

Madurez[]

Baelgrim conoció a una enana llamada Gloria Pirastar en una noche mientras paseaba por la ciudad, como solía hacer desde hacía poco tiempo. Se enamoró de ella, ambos salieron un tiempo a escondidas, pues si se supiera que un noble salía con una plebeya harían lo posible por separarlos. Fueron descubiertos por Sieghamer aunque nunca dijo nada, se siguieron amando y al final acabaron casándose bajo la luz de las gemas de Roca Negra, al poco nació su único hijo, Ivarius Yunquenegro, quién llenó de gozo a Baelgrim. Cuidó de su hijo los primeros años de vida del mismo, aunque lo vio crecer poco porque la llamada a las armas había sido convocada.

Durante estos tiempos Baelgrim lucharía en favor de Ragnaros y del Martillo Crepuscular, siendo un enemigo declarado de la Alianza y de la Horda, llevando a cabo misiones de sabotaje y de asesinato contra las demás facciones. Muchos años después Baelgrim participó en batallas que marcaron su forma de luchar y de pensar. Consumó un ataque en Loch Modan con el objetivo de hostigar y desgastar a las fuerzas Barbabronce de la región por mandato del emperador que pretendía someter a los demás clanes, su primer movimiento fue secuestrar a la hija del Rey de la Montaña Magni Barbabronce quien se sintió consternado. Baelgrim dirigió a la leva de su padre y atacó la fortaleza Barbabronce noroeste de Dun Algaz que servía como puesto fronterizo entre las pantanosas tierras de Los Humedales y los frondosos y verdes bosques de Loch Modan. Aunque atacó con fuerza los Barbabronce consiguieron mantener la fortaleza, fueron un par de días de costoso asedio cuando la consiguieron tomar brevemente, en ese tiempo Baelgrim despachó a un equipo de exploradores y espías que mantendrían informados a los Hierro Negro apostados en la fortaleza por si las fuerzas enemigas planeaban alguna ofensiva contra Dun Algaz, cosa que naturalmente llegó a suceder.

Los Barbabronce se reagruparon y entraron en una marea de metal y muerte, Baelgrim presentó batalla como una bestia arrinconada y acabó con la vida de varios guerreros de los Barbabronce, la batalla se presentaba difícil para los Barbabronce quienes tenían que atravesar los pasillos y las defensas exteriores que los Hierro Negro habían tomado y que estaban aprovechando a su favor. Sin embargo Baelgrim no previno que los orgullosos Barbabronce no cederían sus pertenencias a los Hierro Negro tan fácilmente, antes de que pudieran reaccionar los Barbabronce repartieron varias cargas explosivas en la entrada de Dun Algaz volando la puerta que salió disparada hacia dentro derribando a unos cuantos defensores Hierro Negro. Los Barbabronce cargaron hacia el interior matádando a todo Hierro Negro hasta llegar a la cima donde consiguieron expulsar a Baelgrim.

Baelgrim guío a los Hierro Negro supervivientes a una avanzada secreta cercana al lago de Loch Modan donde consiguieron reagruparse y lanzar un ataque a mayor escala, para esto llamó a su viejo mentor Sieghamer quien acudió con una parte de la mesnada de Branmyr. El ataque tenía intención de mermar las fuerzas de Thelsamar que era la ciudad principal de la región y cortar las vías de suministros de Forjaz en Loch Modan, Baelgrim envío a varios exploradores para recoger información y eliminar a objetivos concretos, Aunque su plan se vió arruinado cuando una Señora Feudal Barbabronce llamada Gibelda Jarra Dorada descubrió a los espías y los eliminó, revelando el ataque de los Hierro Negro y preparándose, la pequeña mesnada de Baelgrim avanzó por el bosque hasta los límites de Thelsamar donde libraron una batalla contra la mesnada de Gibelda y los soldados de Thelsamar, los Hierro Negro fueron poco a poco perdiendo fuerza y se vieron obligados a retroceder al Valle de los Reyes para entrar a sus tierras por el paso hacia la Garganta de Fuego.

Los Hierro Negro sufrieron varias derrotas por parte de los aventureros de la Alianza y la Horda y fue poco después cuando un grupo de héroes de la Alianza penetraron en la ciudad de Forjatiniebla para acabar con el emperador por orden del rey Magni Barbabronce, Baelgrim participó en la defensa donde luchó con ferocidad como los otros tantos guerreros de la montaña, desafortunadamente quedó inconsciente en plena batalla.

Cuando despertó se enteró de la muerte de Dagran y del ascenso de Moira al poder Hierro Negro. Baelgrim se mostró reacio a confiar en la hija del rey de Forjaz pero Moira demostró ser una reina majestuosa y cuando se extendió la noticia de que estaba encinta Baelgrim comprendió que el emperador había dejado la ciudad en buenas manos hasta el nacimiento de su heredero, Dagran ll Thaurissan. Baelgrim junto con los demás soldados leales al trono intentaron sofocar los disturbios y el caos generado por el asesinato de Dagran. Pero su padre junto con muchos otros Hierro Negro no reconocía la soberanía de la emperatriz y en secreto rendía pleitesía al Señor del Fuego Ragnaros, quien había sido derrotado poco después por los héroes de Azeroth.

Baelgrim deseaba tomar el control del clan Yunquenegro y ponerlo bajo el servicio de Moira. Junto con unos pocos soldados y con su mentor y amigo Sieghamer irrumpió en el Bastión Yunquenegro y tras un golpe y haber matado a los guardias leales a su padre apresó a Branmyr quien no se opuso. Su madre había muerto bajo la mano de Branmyr en un intento de desmoralizar a Baelgrim, sin embargo esto no solo no dió resultado, sino que agrandó si cabía más la cólera del joven enano quien entró y acabó con su padre. Desde entonces mantuvo una enemistad con el clan Yunquelava, quien siempre había sido leal a Ragnaros, y Baelgrim y el heredero de Yunquelava, Thardan, se odiarían y tratarían de sabotearse mutuamente

Cuando Moira entró en Forjaz y cerró la ciudad y posteriormente se fundase el Consejo de los Tres Martillos Baelgrim juró lealtad a la Alianza, aunque no confiaba en ella era la voluntad de la emperatriz. Baelgrim se reencontró con Gibelda en Forjaz y tuvieron una larga discusión que casi acabó en una tragedia en mitad de la ciudad. Al principio no toleraba la idea de convivir con los demás clanes y con frecuencia se reunía en secreto que leales a las viejas costumbres del clan, Baelgrim respetaba a Moira ¡Pero cómo se atrevía a tender la mano a sus enemigos! Impensable era desde luego, impensable para Baelgrim. Largas fueron las noches de intrigas que pasaba en secreto con sus compañeros Hierro Negro, planeando irse de Forjaz y unirse una vez más al Martillo Crepuscular, y así lo hizo en secreto por un tiempo, donde informaba a los cultores de las actividades de la Alianza, en una de estas reuniones clandestinas sopesó el apoyar un ataque abierto a la montaña, y lo hubiera hecho si no fuera porque en el último momento su amada esposa, Gloria, habría estado al tanto de las actividades de su marido, consiguió hablar a solas con él e intentó convencerle de lo contrario, logró convencerlo de no atacar, pero no logró hacerle cambiar de opinión.

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Baelgrim contempla Forjaz tras la fundación del Consejo de los Tres Martillos

Siguió intercambiando información con el Martillo Crepuscular durante un tiempo más, pero las relaciones se cortarían cuando un asesino del mismo culto intentó asesinarlo por la noche en Forjaz, y gracias a la rápida intervención de Sieghamer se logró evitar una tragedia. El asesino tenía en su uniforme escondida la orden de asesinar a los informadores de Forjaz por sospecha de traición al culto. Desde entonces juró plenamente lealtad a la Alianza y a Forjaz, aunque le costaría mantener su juramento. Fue testigo del fatal destino de Cielo'Ree y aunque en primera instancia defendió a sus compatriotas Hierro Negro ante la barbáricas respuestas de Kurdran y los Jinetes de Grifos presentes más tarde comprendió que todo fue producto de la escala de tensiones generada en torno a la forja del Martillo de Modimus que prometía promover la unidad de los tres clanes. Baelgrim se mantuvo al corriente de los encuentros del Consejo de los Tres Martillos gracias a su posición privilegiada como senador y como hombre de recurso. Fue de hecho uno de los pocos enanos que tomaron la destrucción del martillo como un problema a largo plazo que repercutiría en la suscitación de una revuelta masiva de los tres clanes. Volvió a reencontrarse con su hijo y estuvieron viviendo unos meses en Forjaz juntos, donde se puso al día, años más tarde Baelgrim evocaría estos recurdos en sus momentos más oscuros, donde jugaba con su hijo en la nieve y le daba paseos por los nieveles de Forjaz.

Siguió en el ejército de Forjatiniebla y había ascendido hasta convertirse en un pequeño general. Luchó contra la Horda en los Reinos del Este y participó en la guerra contra el Martillo Crepuscular en las Tierras Altas Crepusculares, al pie de Grim Batol con el resto de fuerza de la Alianza, donde conoció a los clanes Martillo Salvaje independientes de las Tierras Altas Crepusculares. Allí además luchó activamente contra los ogros apoyando a las fuerzas de la Alianza así como su apoyo a los defensores de Bancalto frente a los orcos Faucedraco que acosaban la playa día y noche. Prestó ayuda a las buenas gentes de Bramal aunque en un primer momento los enanos de aquel lugar se mostraron hostiles frente a la presencia del Hierro Negro, solo Burin Petrohachazo y Gorimbar Pluma Salvaje accedieron a prestarle ayuda contra los orcos Faucedraco que azotaban las fértiles tierras de Northeron. Los tres nutridos enanos planearon atacar a los orcos Rompecráneos en las ruinas de Bramal. Burin reclutaría más hombres, Gorimbar reconocería el terreno desde el aire y Baelgrim llamaría a sus hombres, cuando todo estuvo listo una fuerza conjunta de Martillo Salvaje y de Hierro Negro se reunió en Bramal, desde luego no faltaron los insultos entre los dos clanes, pero se mantenieron medianamente unidos para luchar contra los orcos, porque no hay nada mejor para unir a dos clanes rivales que un enemigo común. Baelgrim propuso cargar con su mesnada en vanguardia, pero los Martillo Salvaje se opusieron mostrando su tan fuerte orgullo, alegando que los Hierro Negro no serían capaces de acertar a ningún faucedraco, resolvieron el asunto poniendo en la vanguardia a los Martillo Salvaje, mientras que los Hierro Negro los apoyarían como refuerzos.

Los jinetes de grifos bombardearon a los orcos con sus martillos de las tormentas para sembrar el caos, al instante los bramaleños atacaron las posiciones enemigas seguidos de los Hierro Negro, Gorimbar le prestó un grifo a Baelgrim y un martillo de la tormenta, esto es quizás una anécdota que Baelgrim jamás contaría porque nunca le ha gustado enorgullecerse de portar armas de otros clanes. Baelgrim apenas tuvo tiempo para aprender a montar en grifo pero con ayuda de Gorimbar en el airet de Burin en tierra consiguieron hacer retroceder a los orcos. Sieghamer dirigió a los Hierro Negro contra los orcos rezagados y consiguieron vencer al clan Faucedraco, aunque los refuerzos enemigos llegaron y volvieron a asediar las ruinas llegando incluso a la sección de Bramal habitable, se libró la Primera batalla de Bramal donde fueron superados por los orcos. Pero gracias a los refuerzos enanos procedientes del clan Barbafuego comandados por Keegan Barbafuego, retomaron la ciudad y Collin Bramal en persona dirigió la defensa de la ciudad. Aunque no consiguieron retomar la parte perdida de la ciudad consiguieron mantener lo que pudieron salvar con sangre y sudor enano. Aunque con un poco de desconfianza, recibirían al clan Yunquenegro en Bramal siempre que quisieran, y durante mucho tiempo hasta el fin de los días de Baelgrim, Gorimbar y Burin intercambiarían mensajes con el thane Yunquenegro.

En Pandaria llegó junto con la Séptima Flota en las costas de Krassarang donde hizo frente a la Horda en la selva. Fue escogido en una iniciativa del Consejo de los Tres Martillos donde varios enanos de los tres clanes cooperarian en la guerra. Baelgrim coincidió con Gibelda y con Vor, un enano Martillo Salvaje de Northeron y primo de Gorimbar.

Lucharon contra la Horda espalda con espalda y eso afianzó la relación de los tres enanos, luchando juntos desde entonces hasta el fin de la guerra. Baelgrim, Gibelda y Vor lucharon por toda Pandaria y en el alzamiento del Rey del Trueno viajaron hasta la isla del Trueno donde lucharon contra los mogu y sabotearon las actividades de los Diáconos Imperiales, una secta mogu que planeaba atentar en los territorios de la Alianza y de la Horda para hacer que los invasores retrocedieran.

Más tarde viajarían a la Cima Kun-Lai donde prestarían ayuda a los Shadopan para buscar y destruir los pequeños remanentes de los sha, dicha misión los llevó al Desierto del Pavor donde Baelgrim conocería a un yaungol llamado Linq-shun-kuao. Baelgrim quedó infectado por la ira, el miedo y la desesperación en una pelea contra los sha. El shadopan les aconsejó ir al Bosque de Jade donde podrían ayudar a su amigo en el Templo del Dragón de Jade y purgarlo. Así lo hicieron y en el templo con la ayuda de los sacerdotes pandaren logró purgarse. La guerra culminó en el Asedio de Orgrimmar donde dirigió a su mesnada contra la Horda de Garrosh Grito Infernal. En la batalla conoció a una elfa de la noche llamada Anaara Furia Estelar.

Durante la invasión de la Horda de Hierro Baelgrim estuvo viajando por los Reinos del Este ayudando a las fuerzas de la Alianza enviado por Forjaz para para ayudar. Luchó en varias batallas pequeñas contra las pequeñas amenazas de los territorios de la Alianza que quedaban. En las Tierras de la Peste del Este tuvo un encuentro con unas forestales oscuras. Trató de despistarlas en el río que separaba las Tierras de la Peste del Este con las del Oeste aunque una de ellas, Velona, consiguió seguirlo hasta la Hacienda de Marris donde hirió gravemente al enano, Baelgrim pudo salvarse gracias a un destacamento de la Cruzada Argenta que pasaba, impidiendo que ambos se matarán entre ellos. Tanto él como Velona fueron llevados a la Capilla de la Esperanza de la Luz donde recibieron cuidados y dónde sanaron por un mes entero.

Baelgrim se marchó poco después de recuperarse no sin antes se detenido por Velona, jurando que lo encontraría y lo mataría por lo que hizo en Orgrimmar en la guerra contra Grito Infernal. Aunque Baelgrim no se acuerda de lo que pasó y se marchó sin decir nada.

Viajó por Lordaeron evitando los puestos y ciudades de los Renegados, llegó a las Tierras Altas de Arathi donde pasó inadvertido por la muralla de Thoradin y bajó hacia los Humedales por el Puente Thandol. Allí ayudó contra los orcos Faucedraco que quedaban y luego se dirigió a Forjaz donde pasaría el resto de la guerra contra la Horda de Hierro.

Cuando la Legión Ardiente regresó a Azeroth Baelgrim volvió a las Tierras Altas Crepusculares a ayudar a Bramal a luchar contra los demonios, se reencontró con Burin y con Gorimbar y junto a los Martillo Salvaje lucharía contra la Legión Ardiente, pero Gorimbar murió y Burin y Baelgrim le llevaron al monte del rayo en Kirthaven donde sería enterrado junto a su grifo que también calló junto a sus antepasados, ambos enanos compusieron un breve poema en honor a su viejo amigo y se despidieron. Más tarde se unió al grupo Ruta de Plata y viajaron a Fiordo Aquilonal en una misión, pero se separaría de ellos para buscar el hacha familiar conocida como Bjalnir, Legado de los Yunquenegro y regresó a Ventormenta poco después. Viajó por el mar hasta llegar a Costa Oscura donde visitó a Anaara Furia Estelar, su amiga elfa, y la ayudó en varios asuntos contra los sátiros. Después se dirigió a la Isla de Bruma Azur donde participó en un torneo de lucha, allí conoció a Los Compañeros, un grupo de aventureros llamados Los Compañeros que se encontraban de paso en El Exodar de camino a Costa Oscura, Baelgrim conoció a Freya Botas de Plata, Nate Adris, Sil y Nara Rayopluma. Viajó con ellos hasta Costa Oscura y de ahí fueron a Vallefresno donde conoció a Thurymar Erdalon, quién sería su mejor amigo y a quien consideraría como un hermano. El grupo viajó por todo Kalimdor siendo perseguidos por el tío de Sil, quién quería acabar con ella. Durante en viaje trataron de dejar atrás al tío pero fue en Cuna de Invierno donde alcanzó al grupo y tuvo lugar la batalla contra él y sus secuaces, donde acabaron con todos ellos, incluido el tío.

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Baelgrim y su amigo Thurymar

El grupo regresó a Ventormenta y Baelgrim empezó a pensar en su hijo a quien no había visto en varios años debido a la guerra y las aventuras que vivió por Kalimdor. Regresó a Forjatiniebla junto con la ex general Hierro Negro Kazdrim "Kate" Runa Sangrienta. Baelgrim encontró a Ivarius siendo utilizado por una banda criminal, Kate y Baelgrim lo rescatan y buscan a Gloria, pero llegan demasiado tarde y Gloria es asesinada por el líder de la banda. Baelgrim entra en frenesí y los mata a todos, cogiendo el cuerpo de su mujer apenado. Baelgrim lleva a Ivarius a Ventormenta con él y Ivar entra a la Catedral de la Luz como aprendiz de paladín, siendo guiado por el draenei Put'riga. Meses después Baelgrim recibe una carta del Señor Feudal Barbabronce Forgrim Martillo de Grim convocándolo en Forjaz.

Baelgrim entra en la capital de Khaz Modan y se dirige a la morada del señor Barbabronce donde tiene lugar una cena, tras la comida Forgrim explica que han sido convocados para una misión, dicha misión consiste en recuperar un escudo familiar guardado en las olvidadas cámaras de los Martillo de Grim situadas en alguna parte de la Montaña Roca Negra, mucho antes de la Guerra de los Tres Martillos.

Baelgrim, Forgrim, su esposa Celvira y otros enanos parten al Bastión Yunquenegro donde Baelgrim les proporciona un acceso seguro en máquina topo. En el camino son atacados por los orcos de la Horda Oscura quienes obligan a los enanos a salir de las máquinas y seguir a pie. Atraviesan todo un complejo de cuevas y viejas instalaciones enanas, mientras caminan son acechados por una bestia, resulta ser uno de los tantos experimentos de Nefarian, el grupo es acorralado por la Horda Oscura pero consiguen sobrevivir cuando la bestia irrumpe creando un momento de caos que los enanos aprovechan para escapar.

Tras caminar muchas millas el grupo es atacado de nuevo por la criatura, los enanos deciden volar un puente para bloquear el camino del engendro, Baelgrim les da tiempo atacando a la masa de carne y dientes en el cuello y juntos cayeron al vacío, Baelgrim abría muerto si no fuera porque Dagna, hermana de Celvira, consigue atraparlo y subirlo de vuelta.

Tras tantos días de camino llegan a las Cámaras pérdidas de Martillo de Grim donde hayan el viejo escudo. Forgrim sucumbe entonces a una codicia nunca antes vista en el enano pero cuando las cosas parecían ir a peor de entre el abismo que se extendía más allá surgió La Bestia, agarró a Forgrim y lo tiró con ella, Baelgrim sin dudarlo enarboló su hacha y se lanzó a rescatar a Forgrim, ambos cayeron en la antigua guarida de Ragnaros, el Núcleo de Magma, donde acabaron con La Bestia y se abrieron paso entre las inestables cuevas. Baelgrim consigue subir a un punto lo suficientemente elevado como para llamar a una máquina topo. Sin embargo un elemental consigue atrapar a Forgrim y en el último momento le entrega a Baelgrim el Martillo de Grim para luego ser atrapado entre llamas.

Baelgrim se dirige a la mansión de Forgrim en Forjaz y le entrega el martillo a la sobrina del Barbabronce, Hilgrim Martillo de Grim.

En plena Cuarta Guerra Baelgrim regresa a la batalla participando en frentes como Arathi. Más tarde los antiguos miembros de los Compañeros refundan el grupo bajo el nombre de Justicia del Acero, donde hacen varias misiones en calidad de mercenarios, en una misión se vuelve a encontrar con Velona en el Bosque del Ocaso donde se enfrentan y donde Baelgrim da muerte a la forestal oscura. Recibe informes de que un clan Mag'har irrumpe en la Garganta de Fuego atacando algunos puestos Hierro Negro, Baelgrim regresa a Roca Negra donde les planta cara en la base de la montaña en la Batalla de la Lava Risueña, donde vence y toma prisionero al líder del éxodo orco, Rym'clo.

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Baelgrim y otros miembros de Justicia del Acero

Sin embargo, tras varios días preso consigue escapar con la ayuda de los goren supervivientes de la batalla y escapa en un agujero en la pared, no si antes crear agujeros por toda la ciudad de Forjatiniebla. Baelgrim entra en cólera y decide planear una invasión en el poblado del clan Rompecráneos. Envía a su leva a la Vega de Tuercespina donde arrasó las torres orcas como si astillas de tratasen, el sonido metálico de las botas Hierro Negro estremecían a la fauna que salía huyendo ante la marcha de fuego y hierro. Los enanos asediaron las tierras del clan hasta hacer salir al Jefe de Guerra Tuétano de los Rompecráneos. El asedio concluyó con una batalla a las puertas del poblado. Para sorpresa de todos una draenei encapuchada interrumpió el enfrentamiento e hizo levantar a los caídos de ambos bandos como zombis descerebrados, pues está era la Bruja de Huesos quien había jurado destruir al clan y de paso aniquilaría a Baelgrim y sus hombres. Enanos y orcos se unieron e hicieron frente a la draenei. Al terminar el día Baelgrim y Tuétano firmaron un acuerdo de no agresión y los Hierro Negro regresaron a la montaña Roca Negra.

Tiempo después le llegan rumores del paradero de Forgrim y junto con un nutrido grupo de enanos entre los que se encontraban Thurymar Erdalon, Dagna Piedrafilo, Brolgrim Ingvar Martillo de Grim, Hadgrim Martillo de Grim y Ragdan Martillo del Cielo. Llegaron a los Humedales donde fueron atacados por la Horda, donde los salvajes e inquebrantables orcos Mag'har les tendieron una emboscada en Dun Algaz. Allí lucharon y consiguieron bajar sanos y salvos a los Humedales. Donde encontraron a Forgrim y se unieron justo a tiempo para defender el puente de una invasión de la Horda. La batalla culmina con la aparición inesperada del heredero de Modimus Yunquemar, Thargas, junto con una hueste de fieros combatientes Barbabronce, poniendo fin al ataque.

Al bastión Yunquenegro llegaron mensajeros del senado de Forjaz citando al Señor Feudal a presentarse ante la cámara. Baelgrim así acudió y tanto él como otros enanos grandes y otros más humildes asistieron al Concilio de Forjaz donde hubieron elecciones para nuevos senadores, de entre ellos Baelgrim fue escogido como un representante de los Hierro Negro para los problemas que vendrían a continuación. En la cámara se habló de recientes ataques en Dun Morogh perpetrados por los trols peloescarcha, ante el asombro del senado enviaron a Baelgrim y a otros enanos a Kharanos a investigar este asunto. Descubrieron que los ataques procedían del Monte Luz y entre los enanos presentes eligieron a Baelgrim como líder en el Asedio del Monte Luz, Baelgrim envío efectivos entre los que se contaban su leva, Forgrim Martillo de Grim, Barweck Ironeck, Thardan Yunquelava, Falgar Picomusgo entre otros.

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Concilio de Forjaz

El asedio concluye con la invasión del Monte Luz y la revelación de que los trols peloescarcha son incitados por un trol forastero apodado el Cazabarbas. Esta información es llevada al senado de Forjaz donde autorizan la respuesta ofensiva contra este trol. Baelgrim mueve su leva y junto con el geomantico Brulen organiza un puesto avanzado en el bosque norteño de Nevamartillo, en Dun Morogh, donde se ha confirmado que el Cazabarbas operaba ahí.

Algunos trols peloescarcha luchan a modo de guerrilla contra los enanos. El Cazabarbas aparece y hiere a Aratras y a Baelgrim por lo que son enviados a Forjaz a descansar de sus heridas. Baelgrim relega este trabajo a Aratras y dirige su leva a Forjatiniebla donde decide centrarse en su labor de senador en Forjatiniebla y en Forjaz.

Cuando el velo que separa las Tierras Sombrías de Azeroth se debilita y la Plaga se descontrola por Azeroth Baelgrim se entera de que el Poblado Rompecráneos está apunto de ser atacado por los no-muertos. Convencido por su hijo Ivar Baelgrim envía a su leva a ayudar en el poblado donde tiene lugar la Batalla de las Lanzas Partidas. Los enanos y los orcos luchan conjuntamente y consiguen repeler las oleadas de no-muertos.

Baelgrim se marcha a Ventormenta a descansar de la batalla cuando Anaara Furia Estelar le pide auxilio, de nuevo convencido por su hijo Ivar dirige una última vez a sus hombres por el mar hasta Vallefresno, avanzan por Kalimdor hasta llegar al Monte Hyjal donde luchan contra las hordas de la Plaga atraídas por las energías de Nordrassil, en esta batalla Baelgrim encontró la muerte salvando las vida de su hijo. Baelgrim fue enterrado en Forjatiniebla junto a su mujer.


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